Capítulo Único

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Advertencia: en el siguiente oneshot se tocarán temas serios como la depresión y el suicidio. Si alguno de estos temas te incomodan, se recomienda dejar la lectura aquí. Y, en caso de leerlo, se pide que la historia sea tomada con seriedad y respeto.

 Y, en caso de leerlo, se pide que la historia sea tomada con seriedad y respeto

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No había sido en serio.

«¡¿Por qué te comportas así?! ¡Sabes que yo haría lo que fuera por ti!»

Había sido un mal día.

«¡Deberías parar con la música entonces!»

No se encontraba bien.

«¡¿Por qué dudas tanto de mí?! Yo no... ¡No puedo vivir sin ti!»

No pretendía realmente decir eso.

«¡¿Entonces... Te morirías por mí?!»

Pero aún así lo había dicho.

Todas esas emociones que calló tanto tiempo, todo esa molestia y enojo acumulado fueron soltados por su boca como si se tratase de veneno. Dijo más que lo que realmente sentía; dejó que esa ira se escurriera desde su garganta sin pararse a pensar en lo que realmente significaba. Ahora, ya con la cabeza fría, se arrepentía de todas esas palabras.

Se había descargado con él por cosas que ni siquiera eran un gran problema, se comportó de la peor manera posible solo por un simple error.

Lo único en lo que había pensado últimamente era en cuánto quería disculparse.

Aún así, ya habían pasado dos días en los que no tuvo ninguna noticia de Yuki.

No hubo mensajes ni llamadas. Ya no iban a la misma preparatoria ni vivían en el mismo barrio, así que tampoco pudo cruzárselo en algún momento del día. Ni siquiera lo había visto subir algo en sus redes sociales o compartir cosas sobre su banda. Era como si hubiese desaparecido.

Y empezaba a preocuparse, siendo acompañado por la culpa. Sabía que sus palabras claramente había herido a su novio.

Esa misma mañana se decidió a ir a verlo. No le importaba si el rubio podría seguir enojado por la discusión que tuvieron; necesitaba asegurarse de que estaba bien y pedir perdón por lo que dijo.

Quería arreglar las cosas.

Una vez que llegó a la casa de los Yoshida, no recibió señales de que hubiera alguien dentro. Sabía que Yuki debía de estar en su casa; habló con Hiiragi antes de venir para asegurarse de que el rubio no tuviese ensayo con la banda, trabajo o algún otro plan. Este claramente estaba allí, pero por algún motivo había ignorado los golpes en la puerta (al igual que todas las llamadas que le dejó hace unas horas).

Para suerte del más bajo, en el tiempo que llevaban saliendo su novio le había dicho donde su madre escondía la llave de la entrada para cuando salía de casa; y Mafuyu agradeció que esta siguiera estando ahí.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora