❈•≪17. El barco de las emociones tiernas y tristes≫•❈

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—Así que, ¿estás durmiendo más?

MinGi miró hacia la mujer con una ceja enarcada, no habían hablado mucho. Nunca lo hacían de hecho. Por lo que, no le sorprendía que luego de saludarlo, su pregunta fuera de esa índole. Fue directa, preguntando lo que quería saber.

—Seis horas.— informó sin más, viendo el lugar sin mucho interés.

—Es un progreso.— admitió en un tono apacible y una sonrisa serena pero genuina—. Y uno muy bueno, ¿qué tal está tu ánimo?

—¿En qué sentido?

—¿Más calmo?— quiso saber—. Tus arranques, ¿qué tal vas con eso? ¿más controlado?

—No podría decir que estoy más tranquilo pero tampoco estoy desenfocado.— admitió cuando sus ojos volvieron estar en los contrarios—. Y con respecto a mis "arranques", no creo que hayan cambiado demasiado.

—¿Sigues siendo agresivo sin sentido?

—Sí.

La mujer asintió, tomándose un tiempo de anotar quién sabe qué en su libreta siempre fiel. MinGi resopló y se fijo en un calendario colgado en la pared a su izquierda. Realmente no había nada interesante allí, pensó con ojo crítico. Paredes de un gris opaco, diplomas, dos cuadros de paisajes abstractos suponía él, no sabía mucho de arte. Un escritorio mediano de madera oscura, sofás y una alfombra con diseños horribles.

«¿Se supone que esto debe ser acogedor?».

El sentido de decoración de la mujer podría apestar, pero prefería eso a la típica habitación de paredes total y ridículamente blancas. El blanco no le gustaba, le irritaba y si era un tono brillante hacía sus ojos doler. No le trasmitía paz tampoco. Aunque su inconsciente admitía que se veía bien en alguien.

—¿MinGi?— llamó la castaña, haciendo al nombrado parpadear y mirarla de regreso—. No eres agresivo o grosero sin sentido, ¿de acuerdo?— el hombre enarcó una ceja, no comprendiendo—. Para cada acción hay un porqué, un detonante que las impulsa a ser. Todo tiene una explicación.

—Ya he oído eso antes.

—¿Algún otro...?

—No, no. HongJoong.— aclaró fijándose en el retrato familiar que la mujer tenía sobre su escritorio—. Él dijo lo mismo o algo parecido. «Las acciones humanas tienen un porqué».

—Y no está equivocado.— aseguró con una sonrisa que el hombre no vio—. Existen acciones de las que somos conscientes y de aquellas que no. Eso no significa que vengan de ningún lado, nuestro cerebro las ejecuta bajo una razón valida. Protegernos o conservarnos.— explicó lo más sencillo posible—. Podemos no saber porqué pero siempre hay uno. Un trauma, un acto inconsciente o un mecanismo de defensa.

—Interesante.

—No suenas sinceramente interesado.— señaló con lo que parecía ser diversión.

—Mi humor no se acentuó todavía, lo siento.

—Bien, entonces cuéntame qué tal te estás alimentando.

MinGi encontró la pregunta monótona pero al mismo tiempo, como una que sería realizada por una madre que llevaba tiempo sin ver a su hijo. Era extraño pero él no tenía idea de cómo se comportaría una madre en dicha situación por lo que se centró en lo importante allí.

¿Cómo se estaba alimentado?, ladeó su cabeza y pensó en ello con seriedad. Seguramente la mujer le diría que su alimentación no era adecuada tan pronto escuchara su respuesta y podría tener razón, pero él creía que hallar su respuesta de una forma u otra dependía del criterio personal por lo que, él la encontraba básica pero justa.

Real engagement - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora