El domingo es por excelencia el día en el que se descansa. Es el primer día de la semana, en el que la familia se reúne para organizar un almuerzo, o pasar una amena tarde viendo películas mientras comen palomitas o nachos. En conclusión, los domingos para mí son solemnes porque duermo hasta tarde y sería un gran pecado alterar ese protocolo, porque hasta Dios descansó un domingo cuando terminó de crear todo el universo.
O bueno, eso fue lo que me enseñaron en la catequesis de la primera comunión.
Sin embargo, no a todos se nos quedan grabadas esas charlas. A algunos se le entra por una oreja y se le sale por la otra. Y estoy hablando de mi hermano, quien no ha tenido mejor idea que entrar a mi habitación en medio de mi placentero sueño y despertarme con el ruido de un silbato. A causa del susto, tiro la almohada por alguna parte de la habitación y me incorporo de golpe.
—Pe-Pero, ¡¿qué demonios te pasa?! —le espeto con el ceño fruncido. Él y Christhoper se encuentran a los pies de mi cama, vestidos con ropa deportiva, una botella de agua y una toalla en sus manos.
Estefano se acerca y tira las sábanas a un lado.
—Ayer dijiste que desde hoy empezarías a ejercitar —responde con un gesto obvio y yo lo miro como si me hubiese hablado en chino—. Así que estamos aquí para ser tus entrenadores. Una gran idea, ¿verdad? De nada, Nico. Ya me lo agradecerás.
—¡¿Es en serio?! Dije que iniciaría a ejercitar pronto, ¡pero no cuándo! —miento, recordando las palabras que declaré ayer cuando estábamos en el cuarto de juegos. Y sí, dije que iba a comenzar hoy, pero tengo demasiado sueño y también frío. Pues, lo intenté y no se pudo. Ya mañana será—. Ahora, si me disculpan, tengo un beso pendiente con Olivia Rodrigo en mis sueños. Cierren la puerta al salir, por favor.
Me incorporo para tomar el borde de las sábanas y cubrirme hasta la cabeza.
—¿Olivia Rodrigo? —Oigo inquirir a Estefano en un susurro y a continuación, las sábanas se deslizan hasta mis pies—. Pues tendrás que esperar por ese beso, porque ahora lo único que vas a besar es el suelo cuando hagas una buena serie de abdominales.
—Ve haciéndola por mí y regresas dentro de cuatro horas. —Vuelvo a tomar las sábanas para cubrirme, sin embargo, a los dos segundos desaparecen por completo de la cama.
—Tienes diez segundos para levantarte y cambiarte. No vamos a irnos sin ti.
—Pues me sacarán muerto de esta cama.
—Christhoper. —Lo nombra mi hermano antes de hacerle un gesto para que continúe.
Acto seguido, ambos se acercan a la cama y me toman de los brazos y pies para cargarme.
—¡Joder! ¡¿Qué creen que están haciendo?! ¡Bájenme ahora! —protesto, intentando mover mis extremidades, pero, a quién engaño, ellos son más fuertes que yo y me están cargando como si nada.
ESTÁS LEYENDO
Solo de los dos, Christhoper © [Completa ✔️] #PGP2024
Novela JuvenilNicolás Arnez se encuentra muy seguro de algo: debe ocultarle a su familia que le gustan los chicos. Es amante de los canes y ha decidido disfrutar de sus últimos días de vacaciones ayudando en el refugio de animales de la ciudad, antes de iniciar e...