El regreso de Jackson White

VIII

Todo comenzó desde aquel festival, la entonces princesa Selene... decidió escaparse de su escolta. Ella estaba harta de que la siguieran a todas partes, no se sentía cómoda, no podía caminar como una persona normal debido a la escolta que siempre alejaba a las personas que la rodeaban.

Cuando al fin logró escapar chocó con un chico, alto, modesto y guapo. Ella nunca había visto algo igual... y no era como que pudiera disfrutar de conocer a chicos guapos y galantes como otras princesas, todo gracias a la escolta que siempre la acompañaba... Bueno siendo algo franca... claro que conocía chicos guapos pero estos no eran nada galantes solo deseaban el poder y la belleza de Selene, en sus corazones no existía nada de amor ni cariño, solo pecados. Todos los príncipes y duques de alrededor llegaban en sus carrozas lujosas y en sus finos corceles  cada año con la finalidad de pedir su mano al rey. Ella siempre se negaba... eso si siempre elegantemente y de una manera cortés. Decía que no podía contraer matrimonio debido a su amor, el cual pronto le pediría su mano.

A pesar de conocer a tantos personajes importantes ella seguía en la espera de tal amor. Cuando lo vió juró no haber visto otro ser tan hermoso. Ese personaje de ensueño era usted... señor Jackson.

Cuando chocaron, según la reina, la atmósfera cambió, se detuvo el tiempo por un momento, como una verdadera escena de romance.

-Disculpe usted bella dama, venía un poco distraído.

-No se preocupe la culpa es mía por no fijarme en el camino.

-No... discúlpeme... hermosura para mis ojos.

La reina al ser romanticista de corazón se... digamos que se entorpeció un poco que casi no percibió que su escolta estaba a punto de encontrarla.

-Mmm... me permitiría... Rápido, escóndase!

Apenas por milagro lograron esconderse de tal manera que no los pudieron ver.

-Ahora estamos bien. Sígame!

-De quién está escapando bella dama? Es que acaso su marido mandó aquella escolta para hallarla? En ese caso creo que debería reti...

-Jajaja - sonrió- Creo que aquí encuentro un malentendido... no tengo marido...no se sí afortunadamente o desafortunadamente... aunque ya no le encuentro importancia debido a su presencia...

-Jajaja

-Y sobre la escolta... creo que deberíamos olvidarnos por un momento de aquello... es que usted estaría de acuerdo conmigo? Desearía que me acompañara a gozar un poco de la libertad que me ha otorgado....

-Jajaja veo que se encuentra en una posición complicada... sin embargo, sería un placer serle de compañía si es que no es una molestia.

-Es acaso un adivino? Podría decirse que estoy en problemas, sin embargo, preferiría gozar un poco de la tarde acompañada por lo cual el placer será también mio.

-Si es que usted lo desea podemos dejar las formalidades atrás... mi nombre es Jackson... Jackson White.

Desde ese momento la entonces princesa Selene se escapaba de su escolta seguido para poder visitarlo y juntos ir a lugares ocultos, descubrir cosas nuevas. Como el día que construyeron esto.