CAPITULO 1

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~EL FIN DE UNA VIDA PERFECTA ~

Azaria una mujer de aparentemente unos 28, se ve joven y su cuerpo mantiene una forma vivaz a pesar de ser más grande que esa edad se supone que tiene 36 años, vive en una casa de un buen tamaño con sus dos hijas T/n y Elizabeth, trabaja desde la computadora de su casa nadie sabe en qué, no menciona datos de su vida privada antes de tener a sus hijas si le preguntan con insistencia menciona ser huérfana desde que nació y viuda desde que nacieron sus hijas no entra en detalles, ¿En qué trabaja y como ha sido sido su vida? Pues quien sabe.

NARRAS TÚ:

Hoy era lunes y como todos los días recién me levantaba por culpa de la alarma, estaba algo cansada y eran aproximadamente las 6 de la mañana, pero ya ni modo, hoy hay clases.

Mi nombre es T/n, tengo 16 años, vivo con mi madre Azaria y mi hermana gemela horas menor Elizabeth.

Me baje de mi cama, comparto cuarto con mi hermana y nuestra cama es una litera, yo duermo en la cama de arriba así que todas las mañanas y con los ojos entre abiertos busco no caerme.

T/n: ¡Eli!, ¡Eli!, ¡Despierta!

Elizabeth se removió un poco y también me miró entre abriendo los ojos, me separe de su lado y me fui a bañar, me comencé a vestir, un pantalón de mezclilla obscuro, una camisa de manga corta blanca, una sudadera gris y mis tenis blancos, me deje suelto el cabello y salí del vestidor, mi hermana aun dormía.

T/n: ¡Eli!, Despierta, se nos va a hacer tarde.

Se paro tan de buen humor y con mucha energía como siempre, ¿Como lo hace? Yo siempre me despierto de malas y medio obligada.

Somos identicas tenemos la misma complexión de cuerpo, las mismas medidas, nuestras facciones son iguales, nuestra forma de hablar, acento, color de cabello, ojos etc..., pero ella siempre era alegre, extrovertida, calida, yo era un poco mas seria, mas introvertida para convivir aunque igual me divertía, ella usaba ropa de colores más alegres, yo siempre usaba ropa de colores más neutros, aunque a veces nos gusta vestirnos iguales.

Baje a preparar el desayuno, al poco rato bajo mi hermana con un short de mezclilla y una blusa blanca con flores azules tenia unos tenis blancos iguales a los mios, después bajo nuestra madre, con un hermoso vestido rojo su color favorito es el rojo y casi siempre usa hermosos vestidos, trabaja desde casa y pasamos bastante tiempo juntas, siempre hemos sido nosotras tres nuestro padre bueno de él no se nada, la verdad es que nunca nos a echo falta aunque ese cariño siempre estará ausente, pero estamos bien siendo solo nosotras tres nuestra madre, mi hermana y yo.

En pocos minutos ya estábamos desayunando mientras hablamos de temas banales, así hasta que terminamos de desayunar siguiendo el hilo de algunas platicas sin sentido que sacaba mi hermana, Elizabeth lavo los platos mientras yo subí a nuestro cuarto por nuestras mochilas.

Baje a la sala con ambas mochilas donde esperaba mi hermana y nuestra madre para despedirnos, le di su mochila a Eli y salimos de casa.

Elizabeth: adiós mamá.
T/n: adiós mamá.
Azaria: nos vemos en la tarde, cuídense mucho, las quiero, vayan con cuidado.

Caminábamos hacia la escuela, yo traía los audífonos puestos, bueno solo uno escuchando algo de música para disminuir el peso del camino y Elizabeth, escuchaba musica mientras daba unos pasos de baile que no se notaban mucho y daba pequeños saltitos, no tardamos mucho hasta que llegamos a la escuela, nos fuimos a nuestro salón, vamos en el mismo salón, incluso nos sentábamos juntas yo me sentaba atrás de Elizabeth.

Las clases siempre son aburridas, aunque no voy a negar que tengo una manía por el trabajo y mi hermana, bueno ella es más relajada con el tema, lo bueno es que el receso está por llegar.

Tenemos 16, apenas los cumplimos, vamos en segundo de preparatoria.
Algo que nos identifica ante los demás es que siempre estamos juntas, no me separó de mi hermana y no solo por qué la quiero mucho, ella es muy amable y muchos la quieren por su forma de ser, pero también se volvió el blanco de unos chicos que quieren molestarla siempre, por alguna razón les molesta su forma tan alegre de ser, ella no se ha metido con nadie, no entiendo porque no pueden dejarla tranquila, así que trato de defenderla, tengo una cierta fama desde que entramos a la escuela es buena y mala a la vez, aún así este grupo de chicos es muy molesto con nosotras.

El día de hoy en la escuela fue especialmente aburrido, las horas pasaron sin más hasta que llegó la hora de la salida mi hermana y yo nos fuimos directo a casa sin hacer nada antes, está vez en el camino de regreso en lugar de escuchar musica decidimos platicar un poco.

Elizabeth: t/n, ¿no crees que haríamos más amigos si quitas esa cara de que los mataras a todos?
T/n: Ya tenemos amigos.
Elizabeth: no digo que no los tengamos, pero haríamos más amigos si fueras más amigable.
T/n: para mí es suficiente con que tú estés a mi lado.

Elizabeth salto abrazándose a mi.

Elizabeth: te quiero
T/n: yo también te quiero

Elizabeth se bajó de mi y permaneció abrazada a mi pasando su brazo sobre mi hombro como si su peso y el de ambas mochilas no me hicieran sentir que peso más de lo normal.

Llegamos a casa, mamá ya nos esperaba con la comida servida, dejamos las mochilas a un lado de uno de los sillones de la sala para empezar a comer luego de lavarnos las manos en el lavabo de la cocina.

Nos sentamos a comer, pareciera un día cualquiera como el resto de los días pasados que han sido toda mi vida o los que espero que pasen en el futuro por un largo tiempo un momento ordinario de esos que son rutina.

La comida estaba extrañamente silenciosa, hasta que mi madre empezó con una leve tos bastante disimulada que solo me hizo pasarle un vaso con un poco de agua.

La tos no paro, se volvió fuerte e intranquila, cada vez un poco más seca y rasposa, hasta que en sus labios se notó salir un poco de sangre.

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HIJAS DE PANGEA (COUNTRYHUMANS X LECTORA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora