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Después de que Namjoon se encontrará con Tae, empezaron su trato oficialmente. Hoseok había llegado en esos días y se había puesto muy feliz de haber encontrado a su amigo del pasado.

—Y bien, ¿Cómo es américa?— el mayor preguntaba a Tae.

—Mmnh, definitivamente no es como aquí. Hay un cambio muy drástico de culturas— dijo como si estuviese hablando de historia —Allá, los primogénitos no tienen que casarse con una persona de su misma cultura, como aquí en Corea.

—Oh! Entonces, si decidiera casarme con un mexicano, ¿Se podría?— cruzó sus piernas para sentarse mejor.

—Si, tengo amigos que son modelos de igual forma, que tienen parejas que no sólo son mexicanas sino que llegan a hacer hasta de Alemania.

—Eso es poco Tae. Yo tenía amigos que eran cubanos y se casaban con personas provenientes de Afganistán— Namjoon dijo mientras llegaba a la sala de estar y ponía tres tes de distintos sabores, temperaturas y aromas, pero al final, eran tes.

—Woa, yo lo único que llegó a saber es de un compañero chino, Jackson Wang, ¿Se acuerdan?— preguntó mientras bebía su té.

—Sip, también estaban Lisa y BamBam, que son de Tailandia— añadió Namjoon.

Y así  fueron hablando abiertamente de todo lo que había pasado en sus vidas mientras estuvieron separados. Llegando a la conclusión de que en algún momento vivieron lo mejor, aunque hubiese estado genial el estar juntos.

Después de unas horas más, Hoseok tuvo que retirarse del lugar para poder ir con Jimin, quién ya no podía estar ni un segundo más, sólo con sus dos pequeños traviesos.

Deseándoles lo mejor para después guiñarle un ojo indiscreto a Namjoon, salió tranquilamente y con una paz infinita en su corazón al saber que Taehyung estaría con su bebé.

El menor sólo pudo sonrojarse ante el atrevimiento de Hobi, para después quedarse mirando a su acompañante.

—Que lindo te ves, casi eres más hermoso que un tomate— le tocó una mejilla en un acto cariñoso.

—¿Por qué, c-casi como un t-tomate? ¿No soy más l-lindo que uno?— apenas puedo susurrar.

—No, porque un tomate es delicioso acompañado de una ensalada, además de que trae los nutrientes necesarios para que tu cuerpo esté saludable— habló metiéndole rollo al asunto —Tú, lo único que haces es apapacharme, alimentarme, cuidarme y hacerme sentir especial.

—¿Solo?— esta vez su sonrojo se había ido y había sido reemplazado por una cara de pocos amigos.

—E-em, pasemos si cielo?— intento cambiar la conversación.

Namjoon se dejó hacer y entró agarrado de la mano de Tae. Últimamente esos encuentros y coqueteos cariñosos que tenían entre ambos, se habían hecho muy genuinos y usuales. Eso asustaba un poco al menor, pues realmente llegó a pensar que siempre estaría enamorado de Jungkook, y que sólo sería capaz de tener temor a que él lo dejara.

Pero no, se daba cuenta de que realmente Tae hacia un trabajo excepcional, ocupando cada espacio de su corazón y su mente con sus actos únicos y especiales, que cada día lo enamoraban más y más.

—Ven, sentemonos un rato, quiero ver cómo está mi bebé— decía mientras sentaba al menor en uno de los sillones para después inclinarse y poder acercarse a su vientre abultado y besarlo.

—Estoy bien, gracias.

—Oh! Pateó! ¿Lo sentiste?— hablo con un rostro que reflejaba total felicidad.

—Claro que lo sentí, yo la tengo dentro Tae— acarició sus cabellos con delicadeza y dulzura.

—Cierto— claramente, el mayor estaba llenando su cabeza con un amor muy fuerte.

🐨🍼🐰

Narra Jungkook.

Habían pasado casi 5 meses y medio desde que Namjoon había abandonado nuestra casa.

En este tiempo me había dado cuenta de lo importante que él era en mi vida, y tenía que admitir que tenía un vacío enorme en mi corazón. Quería pensar que era la rutina que poco a poco había dejado atrás por estar con Jin, pero simplemente añoraba despertarme y ver esos ojos relajados, esas pestañas largas y esos labios abultados entreabiertos. Y a pesar de que encontraba una imagen hermosa, no podía admitir que sentía la misma plenitud.

Era tanta mi desesperación, que lo había estado buscando en este tiempo pero jamás lo pude encontrar. Parecía que había sido tragado por la misma tierra.

Había ido a casa de sus padres y me habían dicho que no lo habían visto; fui a casa de los universitarios que estudiaron con él y me dieron la misma respuesta, había ido hasta el estudio en donde se encerraba a componer música y me habían dicho que no había llegado desde cinco meses y medio.

En fin, me he estado haciendo cargo de mi bebé con Jin, cumpliéndole cada uno de sus antojos y deseos, llevándolo a ver los ultrasonidos cada dos meses, sacándolo a pasear para que se relajara un poco.

Estacione el auto en la parte delantera de la casa de Jin, a donde me había mudado para darle más atención a él y a mi hijo.

Lo que me pareció raro fue ver un auto negro fuera de la casa, lo cual si era extraño porque todos los que vivían en ese fraccionamiento tenía sus propios estacionamientos.

Bajé y caminé hacia la entrada, abrí la puerta sin hacer mucho ruido. Coloque las llaves en la mesita de la sala y subí poco a poco a la recámara.

Me sentía muy cansado y realmente tenía muchas ganas de dormir, pues el trabajo en empresa había estado muy pesado.

Estaba apunto de entrar cuando escuché unas voces dentro del cuarto, lo cual era incomprensible porque se suponía que sólo Jin estaría ahí.

—Vamos cielo, ya quiero que todo esto termine— definí que era la voz de Jin —Quiero poder salir al cine y al parque con nuestro hijo, sin necesidad de fingir que realmente amo a Jungkook.

—Espera un poco más mi amor, sólo necesitamos que nazca nuestro bebé— se oía cómo se caían unas cosas al suelo —Después nos encargaremos del conejo, matandolo.

Abrí mi boca con tal magnitud qué sentía que se me iba torcer la quijada. Quise entrar y golpear al imbécil que se había hecho pasar por el padre de un hijo que no era mío siquiera. Pero ahora no era momento de hacer eso.

Era hora de recurrir a la única persona que sí tendría contacto directo con Namjoon, Hoseok.

Bajé rápidamente las escaleras, busqué mis llaves, abrí la puerta y poco me importó que sonara fuertemente cuando ésta se cerró.

Encendí lo más rápido mi coche y me dirigí velozmente a la casa de Hoseok. Agradecía que no había mucho tráfico y que Nam me haya llevado varias veces a la casa de su raro amigo.

Aléjate de mi bebe ||KooKNam/TaeNam||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora