parte once; bebe abordo | bakushima.

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La salida al centro comercial era una locura. Decidieron caminar porque Iida insistió en que era lo mejor para Kirishima o eso era lo que había leído en su libro de bebés esa mañana y aunque la mitad de sus compañeros querían enviarlo a volar, nadie pudo con la cara ilusoria de Kirishima. La misma cara que ponía cada vez que Iida decía algo relacionado con ese libro de bebés. A Kirishima le pareció muy tierno que Iida leyera algo así solo para el bienestar de él y de su pequeño.

Estaban a mitad de camino y Bakugou ya estaba medio estresado porque Denki seguía hostigándolo e insistiendo en que fuera un hombre de verdad y se le declarara a Kirishima, mientras Sero trataba de calmarlos a ambos para que nada resultara en un accidente o terminaran en la comisaria. El trío de chicos corría de un lugar a otro a medida que avanzaban.

Kirishima apenas podía caminar gracias a la enorme barriga que llevaba. El pelirrojo caminó paso a paso con Todoroki cuidando su espalda para que no se cayera y Midoriya, que parecía muy emocionado cuando el vientre de Kirishima se balanceaba con cada paso que daba.

— ¿El bebé no va a caer en algún momento por tanto rebote? – preguntó Midoriya aferrándose a la enorme barriga. Kirishima se quejó de las cosquillas que esto le causó.

— No se va a caer.– Todoroki tomó a Midoriya por los hombros, alejándolo unos centímetros del pelirrojo.— Se va a caer cuando la cigüeña decida venir a buscarlo.

— ¿Es verdad? – preguntó Midoriya angustiado y con enormes ojos a punto de derramar una lágrima. Desesperado, apretó las manos sobre el abrigo de Todoroki, buscando una respuesta. Miro suplicante al pelirrojo.— ¡Kirishima, no puedes dejar que se lo lleve!

— Debes estar bromeando.– Tokoyami miró con los ojos muy abiertos a midoriya.

— Por supuesto que no es así Midoriya.– Iida regaño al peliverde que se veía muy angustiado.— Todoroki deja de decirle estupideces. Luego lo traumas y debemos llevarlo al psicólogo.

El heterocromático se burló de su travesura. Momo sacudió sus ojos divertida mientras Iida suspiró exasperado ante la estupidez de sus amigos.

— No seas malo.– Kirishima regañó suavemente al bicolor antes de dirigirse a Midoriya.— No te preocupes Izuku, nadie se lo llevará.

Midoriya asintió esperanzado y siguió su paso. Iida y Momo caminaron a su lado, muy absortos, reanudando su conversación sobre los preparativos de la fiesta de bienvenida al bebé, mientras Tokoyami los seguía de cerca, asegurándose también de que nada hiciera caer al pelirrojo. Mina y Uraraka observaron divertidas cuando Bakugou finalmente terminó agarrando a Kaminari por el cuello, quien terminó rogando por piedad.

A punto de llegar a su destino se detuvieron en una pequeña cafetería gracias a los antojos del pelirrojo y algunos gustos que todos querían tener. El lugar estaba rodeado con un estilo de manera con diseños y luces blancas que acompañaban a las pequeñas flores que colgaban del cielo, dándole un toque encantador del que Kirishima se enamoró rápidamente.

Todo en el ambiente por alguna razón lo llenó de una sensación agradable y una idea fugaz le vino a la mente mientras observaba todo en detalle. Bakugou lo miró con asombro y siguió la forma en que Kirishima grabó todo en su mente. Le encantaba la forma en que las cosas más simples le llamaban la atención al punto de hacerlo brillar tanto.

Todos tomaron asiento en una sección familiar mientras Todoroki y Sero ordenaban su compra en el mostrador. A Bakugou le preocupaba que el pelirrojo estuviera cómodo, cálido y tranquilo, sin siquiera un rastro de dolor en su rostro. Kirishima ya estaba sentado en un pequeño banco comiendo crema batida que quién sabe de dónde sacó, pero quitárselo fue una misión imposible.

— No comas nada más extraño.– Bakugou sentado al lado del pelirrojo limpia un poco de crema batida que tenía en los labios.— Después te dolerá el vientre y vomitarás.

Kirishima asintió de acuerdo.

— Esto sabe bien.– Kirishima apuntó el vaso lleno de crema en sus manos y trajo un gran mordisco a su boca. Bakugou lo miró preocupado.— ¿Tú también quieres?

— No creo que esa cosa sea realmente comestible.– Bakugou negó tocando la cara del pelirrojo, asegurándose de que su temperatura fuera la correcta.— Si te sientes mal, incluso en lo más mínimo, quiero que me lo digas de inmediato.

— Te preocupas demasiado.– Kirishima se sonrojó ante el gesto del rubio y se sorprendió cuando su estómago se endureció ligeramente. Acostumbrado a la sensación, no estaba alarmado.— Tu hijo ya perdió el control gracias a tu presencia.

Bakugou lo miró con curiosidad. Kirishima asintió con la cabeza hacia su vientre y Bakugou sonrió suavemente. Todo lo relacionado con su hijo lo hizo sentir inmensa felicidad.

— ¿Ya estás molestando a papi? – Bakugou se quitó el guante derecho, apoyó la mano desnuda sobre la enorme barriga del pelirrojo y la acarició ligeramente. Sonrió ante el conocido movimiento que le advirtió que el pequeño estaba despierto y con más energía que nunca.— Debes comportarte bien hoy, ya que haremos algo especial.

— Aparentemente él realmente te entiende.– Kirishima siguió sorprendiéndose cuando el pequeño bulto en su vientre se volvía ruidoso y tranquilo con unas pocas palabras de Bakugou.

— Por supuesto. Soy su padre después de todo.– Bakugou dice con orgullo.

Kirishima dejó escapar una dulce risa cuando su estómago vibró y le hizo cosquillas desde el interior. Estaba muy enamorado de estos sentimientos, incluso si por el momento eran algo dolorosos.

— Te amo demasiado.– dice Kirishima, sorprendiéndose tanto como sorprendió a Bakugou. Fue la emoción del momento y la calidez de los ojos de Bakugou lo que lo llevó a decir esas palabras y de esa manera. Sorprendido aún más por lo que ven sus ojos, no se arrepiente en absoluto.— Sí, te amo mucho.

— Yo también te amo.– Bakugou se sonrojó un poco y con una dulce sonrisa su rostro mira al pelirrojo. Con un poco más de coraje, se acerca a Kirishima y besa su nariz. Dios, nunca fue tan difícil acercarse a él, pero él siempre hizo todo tan difícil que ahora parece insignificante.— Yo también te amo.

Eran solo ellos dos y un pequeño en su vientre en un lugar cálido rodeado de personas que eran importantes para ellos, envueltos en un calor abrumador que los hacía sentir seguros y en paz. Se dejaron llevar por su felicidad sin darse cuenta del grupo de personas que los miraban desde la distancia con miradas curiosas, pero tranquilas y más cálidas que antes.

— Todo estuvo muy bonito, pero nos dirigimos al centro comercial y llegamos tarde.– La voz del Todoroki apagó el momento tan rápido como se encendió.

Kirishima, un poco avergonzado de ser descubierto, se levantó feliz y riendo. Con la ayuda de Bakugou, llegó a sus amigos que lo recibieron con cariño y alegría, felicitándolo por un nuevo paso que estaba dando en su relación aún no oficial con el rubio.

— Gracias por arruinar el momento.– Bakugou se volvió hacia Todoroki, que se encogió de hombros.

— De nada, compañero.– Todoroki dibujó una sonrisa extraña y cálida en su rostro antes de dejar un apretón en su hombro.— Solo trata de ser más valiente.

— Lo estoy intentando.– Bakugou le sonrió con simpatía.

— Ustedes dos no se queden atrás.– gritó Kaminari saliendo de la cafetería.

Antes de irse, ambos ven la expresión en el rostro de Kirishima.  Dios, ambos están enamorados del pelirrojo, de sus expresiones, y del pequeño en su pancita de una manera muy pura, pero muy diferentes al mismo tiempo.

bebe abordo; bakushima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora