De: Nicolett99
Habia una vez una princesa que custodiaba huevos de dragón en una torre muy lejana y oculta en un reino perdido
Un día...el caballero proveniente de un reino aún más lejano a la torre pasó por allí...
Buscando la laguna de sirenas que de niño su padre siempre le había contado antes de ir a dormir.
"Las sirenas encontrarás
En un lugar lejano están
Sigue la estrella del norte
Que allí te llevará
Ocultas en una laguna están
Si te duermes no llegarás
E incluso la vida perderás"
Con el cuento en mente el caballero viajaba con la esperanza de divisar el agua
Cuando de pronto encontró pisadas en el sendero que llamaron su atención
El reino estaba en ruinas, la naturaleza crecía abundante y hermosa alrededor de estas. Bajando del caballo a inspeccionar encontró que las pisadas eran pequeñas y aunque evidentemente pertenecían a un humano, parecían haber sido grabadas en el suelo con fuego
Algo dudoso e intrigado el caballero siguió el camino que dirigía a las ruinas
En la torre más alta se encontraba la princesa tarareando una melodía dulce
Ajena a la presencia de su visitante, ella danzaba por aquel reducido espacio esperando pacientemente el día en que sus amados dragones dejarían el cascarón
El caballero avanzaba lentamente encontrándose con cadáveres seguramente pertenecientes a animales pequeños
La melodía de la princesa se hacía audible paso a paso
Algo inquieto, el caballero desenvainó su espada, alerta a cualquier situación que pudiese encontrar en cuanto cruzara la gigantesca puerta
La melodía se paseaba por su mente opacando sus demás sentidos
Visiblemente nervioso, cruzó la puerta al final de las escaleras por las que las pisadas le habían llevado
Dispuesto a enfrentar lo que su intuición decía...sería un gran peligro
Pero sorpresivamente, no encontró nada
Confundido, aquel sujeto inspeccionó la habitación antes de girar su cuerpo para por fin seguir su camino
Pero antes de salir la puerta se cerro frente a su nariz, impidiendole escapar
La melodía que acaparaba su mente comenzó a hacerse más fuerte y el caballero comenzó a sentir su parpados aún más pesados
Recordando el cuento de su padre luchó con todas sus fuerzas para evitar caer dormido
Su vista se volvía borrosa, quedó abrumado por la imagen de una preciosa mujer que desprendía de sí algo muy parecido al fuego acercándose lentamente a él
Con su mente luchando contra la somnolencia y su pulso acelerado por la mujer que ahora divisaba más claro. Su intuición le pedía correr
Encerrado en su armadura el hombre con pánico palpable intentaba desplazar su cuerpo al menos unos centímetros
La mujer aún frente a él avanzaba muy lentamente quemando sus prendas su cuerpo poco a poco se dibujaba desnudo a la vista del caballero
Aún intentando moverse el hombre quedo boquiabierto por el cuerpo de la princesa y absurdamente dejó de intentar escapar
A pocos pasos de la mujer la melodía en su cabeza se había detenido, aún con la vista borrosa y aquella vocecita invisible que me imploraba salir corriendo
El hombre olvidó la intención de su viaje y su espada cayó a su lado
Visiblemente derrotado el caballero se desplomó en el suelo
Y la desconocida mujer se subió a él, regalándole un beso que le dio la sensación de incendiar sus labios
En un parpadeo su armadura había desaparecido
Y la mujer completamente desnuda habia tomado lugar sentada sobre su miembro
El silencio reinaba en la torre
La princesa gentilmente paseaba sus dedos por el cuerpo de su compañero haciendo que el calor se adueñara de sus músculos
Llevado por el momento el hombre cometió el terrible error de cerrar sus ojos
La mujer gratamente complacida pasó sus labios húmedos por el cuello del caballero mientras movía sensualmente sus caderas sobre él
Tarareando la melodía antes escuchada la mujer se dio placer en el cuerpo tendido sobre el suelo de lo que antes había sido un hombre lleno de vida
Su cuerpo desprendía fuego cada vez más intenso
Y las llamas se llevaban consigo la magia que ocultaba la verdad dentro de la habitación
En el centro, sobre un nido suspendido en el aire descansaban tres huevos de dragón
Y en el suelo, cuerpos incinerados de diferentes caballeros que cómo nuestro igenuo personaje habían salido a buscar una laguna de sirenas que prometía cumplir deseos y satisfacer sus más lascivos pensamientos
La princesa, ahora satisfecha recorría nuevamente el cuerpo del hombre, aunque esta vez delgados hilos rojos se desprendían con cada caricia
Cuando el cuerpo dejó de servirle decidió levantarse y acercarse a los huevos, envolviendolos con aquellos hilos
Que poco a poco se fundieron en ellos creando algunas grietas muy sutilesLa princesa sonrió...
2 almas más y sus amados dragones nacerían
Recostada en la cornisa de la ventana, la mujer saludó animadamente a su familia que jugaba en la laguna
Fin.