Hoy era un día como cualquiera en la academia donde se formaban los héroes de la ciudad, no había nada en especial ni nada nuevo que contar, simplemente las clases me parecían un coñazo y sé que no utilizaremos ni la mitad de teoría que damos diariamente. La rutina es y será siendo matadora, nunca me gustaron las rutinas, soy una persona bastante espontánea. Un día más sin saber qué me pasaba con aquel chico rubio de ojos rojos, mis sentimientos hacia él no eran normales en lo absoluto y yo más que nadie lo sabía. Absolutamente, nadie vería a su mejor amigo de la forma en la que le veo a Bakugo. Sí, lo sé, solo somos amigos y nada más, pero aún no sé por qué a veces me confunde el estar con él y hay que admitir que él muy jodido está muy bueno ¡Cálmate Kirishima! No pienses eso de él. No únicamente me robaba el corazón, sino que las palabras y sobre todo la poca cordura que me quedaba.
—Buff...— resoplé.
Pasaban las horas de clase; el tic tac de las agujas del reloj me estaban poniendo especialmente nervioso. El tiempo lo podemos gastar en lo que queramos, pero sinceramente el estar en clase no era la mejor manera de invertirlo, aunque no me culpo, estoy aquí porque quiero.
Debería estar tomando apuntes de todo lo que nuestro tutor está diciendo en estas clases, pero para decir verdad no lo encontraba relevante. Los demás alumnos o por lo menos los más aplicados tomaban apuntes de todo lo que Aizawa decía, yo mientras tanto miraba por la ventana a las demás clases entrenando en el campo de prueba.
—Qué ganas de estar ahí en vez de en esta clase— pensé mientras miré como se reían aquellos desconocidos.
Ring Ring
Suena la campana dando la llegada al fin de las clases ¡Por fin! Estar ahí todos los días 6 horas no es tan divertido como me gustaría. Tomé rumbo hacia la puerta del instituto, donde me encontraría con Bakugo para qué me acompañará a mi habitación en la residencia, este siempre recogía antes y salía antes de clase, no entendía por qué tanta prisa, pero él sabrá. Le vi allí, tan bonito como siempre; me acerque y nos fuimos del lugar, como siempre no teníamos tema de conversación ni nada por el estilo solo íbamos los dos rumbos a descansar después de un día matador.
—¿Qué tal las clases?— pregunté automáticamente arrepintiéndome, ya que sabía la respuesta.
—Kirishima— resopla—. Estamos en la misma clase.
Seguimos caminando hasta que llegamos a la residencia y nos separamos para buscar nuestro número de habitación. Llegue a mi respectiva habitación me encerré en aquella oscuridad que abarrotaba mi habitación, puse mi música a tope y me tumbé en la cama mirando al techo. Comencé a pensar y últimamente no me sacaba Katsuki de la cabeza, tenía mucho morbo de estar con él, sin ataduras, sin compromisos, pero me encantaría que me hiciera suyo; acariciarlo, abrazarlo, tocarlo, complacerlo.
—Ah...—suspiré—. No puedo seguir así, creo que es un error.
Mi cuerpo ardía en calor de solo pensar en lo que sería capaz de hacer con él, mi virilidad se sentía verdaderamente dura, mi cara estaba muy roja. Decidí mirarme abajo para ver la magnitud del problema, me toqué. No sé por qué lo hice aún sabiendo la respuesta.
—¡Wow!— sorprendido.
De repente alguien abrió la puerta, yo me acomodé lo más rápido posible y miré hacia arriba, era él, aquel chico de ojos rojos, aunque ya me lo esperaba porque él era el único con una copia de las llaves aparte de Aizawa. Él me observaba con una penetrante mirada. Sin avisar ni nada, se dio la bienvenida él solito a mi habitación con ese ímpetu.
—Hola, pelo de mierda hazte a un lado— dijo mientras se sentaba a mi lado.
Yo me encontraba en shock, por un momento pensé que me iba a encontrar... Tocándome, hubiese sido muy incómodo. Yo intentaba acomodarme el pantalón para que fuera lo más disimulado posible.
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BAD BOY.
FanfictionBakugo es una persona muy posesiva, hasta que conoce a Kirishima, una persona totalmente distinta a él, pero hay algo que no saben los dos y no se dan cuenta de la enorme tensión sexual que hay entre ellos dos. Los dos estaban confundidos, no sabían...