Persecution [Bnior/JJP]

Selección

Jaebeom ya podía sentir los aromas abrumadoramente dulces, los cuales eran traídos por las corrientes marinas. Estos despertaron sus instintos primarios y el de los demás.

La persecución estaba a punto de comenzar.

Junto con la salida de sol, también llegaba la temporada de apareamiento. Y este año, fue el primero en el que participó.

Los otros mer que participaron crearon un aura de tensión y adrenalina, los gruñidos aumentaron a medida que pasaba el tiempo y, aunque ahora era bastante raro retener una pizca de cordura, Jaebeom encontró en sí mismo, la coherencia para saludar a su amigo Jackson, el tritón de cola dorada. Jaebeom notó cuán salvajes y oscuros se estaban volviendo los ojos de éste, sin duda en su mente, él se vería igual.

El ruido aumentaba a medida que más y más mercenarios se volvían inestables, llegando a su clímax cuando la luna alcanzó su punto máximo.

Destellos de todos los colores perturbaban las corrientes marinas con docenas de mers nadando de un lado a otro, buscando a los que considerarían el compañero más deseable.

Parecía una escena de batalla: los buscadores luchaban entre sí por su elección deseada y, los perseguidos, aquellos que podían tener hijos, luchaban ferozmente contra sus pretendientes, exigiéndoles que demuestren dignidad. Esto llevó a muchos mers a perder la persecución, ya que las brutales heridas no les permiten someter a los perseguidos, por lo que no son elegibles para continuar.

Jaebeom siguió su sentido del olfato, nadando más profundamente en el campo de batalla. En algún momento, miró a su lado izquierdo y notó que el tritón de cola dorada estaba siendo atendido por uno de cola aguamarina.

Parecía que Mark había peleado muchísimo, pues una larga herida sangrienta cubrió la mayor parte de la espalda de Jackson. Sin embargo, el cazador había ganado, por lo tanto, su compañero recién reclamado se estaba asegurando de que la herida no reflejara ningún problema en el futuro.

El enfoque de Jaebeom cambió cuando una gran conmoción atrajo la atención de todos los mer cercanos. Entre los cazadores, se escuchó un grito doloroso cuando un mer más ensangrentado abandonó la persecución.

Con la curiosidad ganando por sobre la seguridad, Jaebeom nadó más cerca; su brillante cola roja cortó la distancia al centro de la conmoción rápidamente. En el centro, encontró a un tritón de cola azul zafiro luchando contra otros dos mers.

La cola del mer brillaba como si estuviera hecha de cristal, y los ojos de Jaebum vagaban desde su cola hasta su rostro.

Sus labios se estiraron sobre un gruñido que reveló afilados caninos. Con los ojos ardiendo, usaba sus garras para cortar al tritón de cola verde que intentaba que la belleza pelinegra se sometiera a él.
La sangre brotaba de las heridas, dejando un hermoso contraste entre la piel de alabastro de su mano y el líquido rojo.

Cuando el mer herido perdió la persecución, Jaebeom se mostró victorioso, solo para encontrarse con una sonrisa satisfecha. Era como si el pequeño alevín en realidad lo estuviera desafiando a él, a Jaebeom, el mer más rápido de la persecución de este año. Pero antes de que el mer de cola roja pudiera abrir la boca, hubo un destello azul y una multitud de burbujas.

Jaebeom se había sorprendido por la rápida fuga, pero no pasó mucho tiempo, antes de que encontrara, a su engreída presa, esquivando cazadores de izquierda a derecha frente a uno de los barcos hundidos.

Era, con mucho, el mer más difícil de atrapar que se había visto jamás, giraba la cola con gracia antes de herir a otro mer y nadaba en un instante, alejándose más de los que lo atacaban.