Plazos, plazos, plazos. Todo es cuestión de tiempo. No hay descanso, no hay recompenza, sólo plazos, plazos, plazos.
Dejo de hacer cosas que amo por regalar tiempo a cosas que aborrezco. Me mato poco a poco, por partes y de forma inconsciente. Lento, lento, lento. ¡no hay tiempo!
Los únicos momentos en los que puedo mirar mis autoimpuestas heridas son éstos; frente al espejo, sin máscara.
Frágil, frágil, frágil.
El líquido que se derrama de mis ojos parece algún hidrocarburo, negro, negro, negro. Empapa mi boca, venenoso y amargo.
Me corroe, me daña. Pero yo no hago nada.
Vuelvo a poner mi máscara y sigo corriendo.
No hay tiempo, nunca hay tiempo y realmente no importa demasiado, mi muerte no importa demasiado.
Si la presión no lo hace, él lo hará. No importa el verdugo, ni importa mi verdad.
Concentro mi mente en ello, una y otra vez.
Caigo, y me vuelvo a levantar. Mis ideas viajan más rápido que la luz, rápidas e incongruentes.
Me duelen porque sé que no las voy a realizar. Me duelen porque no tengo tiempo ni siquiera de pensarlas.
Todo es esto, todo es eso.
Tiempo, tiempo, tiempo.
Probablemente esta cosa la edite en poco tiempo -eh, chistazo- porque el dibujo no es más que un boceto inconcluso que hice probando una bonita pluma que compré hace no mucho uwu
ESTÁS LEYENDO
Sketches →fasabadi←
DiversosHay temporadas en las que dibujo más de lo que escribo, para eso creé esta cosa. Comparto cosas aceptables y también errores fatales.