Brave, Rapuncel y Bella.

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¿Sabeis ese pensamiento que tienen los hijos únicos que dicen que ojala tuvieran hermanos? ¡Se los regalo! Son todos suyos. Hay algunos que piden un hermano mayor, otros un hermano menor, otras una hermana mayor, otros una hermana menor, yo tengo de todo... Tengo 17 años y cumpliré mis 18 el 3 de noviembre, tengo una hermana melliza, (es decir, tenemos la misma edad pero no nos parecemos) un hermano idiota que tiene un año más que yo pero ha repetido y ahora va a mi clase, unos hermanos pequeños gemelos y una hermanita chirriante de dos meses, si a todo esto les sumamos que vivimos en Upper East Side y que todos debemos estar bien educados también tenemos una nana.

Me dirigía hacia mi instituto en mi despanpanante Aston Martin, era el primer día de clase después de ese corto verano. Bajé del coche y miré fijamente el letrero con las letras de mi instituto, el Hamberley, muchas personas querían acudir a él, echo una mirada al imponente edificio de ladrillos donde voy a pasar todo el curso y suspiro.

-Por fín soy Senior- murmuré, y tras bajar las maletas de mi coche me dirigí junto a la abalancha de gente que se adentraba en el edificio.

Después de pedir las llaves de mi nueva habitación me encuentro con mi hermano mayor Jace al cual saludo con un golpe en su brazo y continua hacia mi habitación.

Llamó a la puerta y me abre mi mejor amiga Ashley, una rubia despanpanante de ojos azules.

-Dios Ashley- la abracé.

-Cada año estás más buena perra- se separó de mí riendo,- Pasa, aún no ha llegado Liz- dijo ayudandome a entrar las maletas.

-¿Dónde está?- pregunté aunque sabía que la puntualidad no era el fuerte de mi amiga pelirroja.

-No sé. ¿Te vas a apuntar a voley otra vez?- preguntó tirandose en su cama.

-Claro, soy capitana- le guiñe un ojo.

-¿De verdad?- se emocionó Ashley.

-Sí, me envió un mensaje el director, mañana tenemos las pruebas.

-¡TE HE DICHO QUE NO! ¡TE VOY A CORTAR LOS HUEVOS! ¡SOY FUERTE Y PUEDO LLEVAR MIS MALETAS HASTA MI JODIDA HABITACIÓN! Por cierto, llamamé- desde dentro de la habitació se oía los gritos de Liz desde fuera y un segundo después entraba a la habitación. Ashley y yo reíamos lo más fuerte que podíamos, solo Liz podía gritar algo así en un instituto de pijos y que además después la llamaran para quedar.

-Brave- dije abrazándola.

-Bella , Rapuncel

Después de una tarde entretenida en la que hablamos de las pruebas de voley nos dormimos ya que, bueno, las pruebas de voley requieren fuerza.

25 Razones por las que te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora