Una canción y muchos besos

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Aún podía notar los suaves labios de Alex sobre los míos, el suave tacto de su boca junto a la mía, el sabor de sus labios, nuestras respiraciones acompasadas y finalmente nuestros hinchados y necesitados demás. Tuve que concentrarme y intentar olvidar todo eso mientra preparaba mi mochila con alguna ropa, iba a pasar el fin de semana con Alex, en el orfanato. No se lo había dicho ni a Ashley ni a Liz, pues estas preguntarían el porque, y no pensaba contarles lo del orfanato, simplemente les dije que pasaría el fin de semana en casa y aceptaron sin preguntar.

Bajé las escaleras del edificio de las habitaciones y justo abajo se encontraba Alex, recostado en la pared relajado.

-¿Vamos?- pregunté llamando su atención.

-Claro- dijo cogiendo mi mochila

De camino hacia el coche de Alex noté muchas miradas puestas en mí, pero no era nada extraño, estaba acostumbrada a las miradas de los chicos, pero por alguna razón a Alex pareció molestarle y me rodeó por los hombros al tiempo que gruñía a todos lo chicos mientras ellos apartaban la mirada asustados. Ese simple acto de pertenencia me hizo estar sonriente todo el camino hacia el orfanato. Al llegar Alex bajó rápidamente y me abrió la puerta de su coche como todo un caballero, sonreí y caminé junto a él hacia la puerta.

-Oye ¿estás segura?- preguntó incómodo y yo suspiré.

-Alex, no es la primera vez que vengo y lo sabes, me conozco los nombres de todos y ellos el mío. No voy a irme ahora, quiero verlos. Y tienes que saber que ahí dentro no hay nada por lo que juzgarte.- dijo cogiendolo de la mano- Anda entremos.

Alex sonrio y me acercó hacia él abrazandome.

-Cuanto te he echado de menos Cherry- dijo en mi oído- No sé porque te fuiste- murmuró esto último

El corazón se me paró al escucharlo llamarme como tantas veces lo había hecho cuando aún eramos pequeños y mejores amigos.

-Siempre he estado aquí- respondí en voz baja.

Al entrar noté como todas las miradas se posaban en nosotros.

-¡Alex!- gritaron todos los ñiños corriendo hacia él y después todos me miraron.

-¿Aria?- preguntaron todos no muy seguros.

-La misma- respondí sonriente mientras todos me abrazaban

-Ven Aria, cantanos una canción- dijo Melanie guiandome hacia la sala de juego

-Primero iré a dejar mi mochila y a ver a Faith- dije despidiendome de ello mientras tiraba de Alex hacia la habitación de Faith, pero antes de entrar me frenó.

-Lo recuerdas- afirmó- Recuerdas la habitación de Faith.

-Como olvidarla, un niño de cabello negro y de ojos azules me dio mi primer beso a los 11 aquí.- reí en voz baja refiriendome a él.

-Lo siento... Fui impulsivo- rio

-Cuando se es impulsivo las cosas acaban mal- dije sonriente y Alex se acercó a mi rostro.

-No siempre Cherry, no siempre- dijo juntando sus labios con los míos, otra vez la misma sensación que el día anterior, ese sabor a menta y nicotina permanecía ahí, sus labios -ahora un poco cortados por el viento- seguían siendo suaves y se movían acompasadamente con los míos. Esta vez fue él quien quiso profundizar el beso y yo lo acepté gustosa abriendo la boca para que nuestras lenguas jugaran juntas. No sentía mariposas en el estómago, sentía huracanes. Era magnífica la forma en la que sus labios encajaban con los míos, y como sus manos me cogían el rostro acercandome más a él. Pasé mis manos por su cuello y noté que estaba ligeramente encorvado para poder llegar a mi altura, así que me puse de puntillas. Alex debió notarlo y me cogió enredando mis piernas en su caderas haciendole gruñir. El simple roce de labios se había convertido en un beso demasiado fogoso que yo no me veía con fuerzas de terminar. 

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⏰ Última actualización: Feb 15, 2015 ⏰

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