Prólogo

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               Rompiendo cadenas.

Las cadenas son como nudos, difíciles de desatar, cuando encierran palabras, costumbres y mandatos. 

Cadenas como antónimo de libertad.

Cadenas que lastiman, pero lastiman mucho más cuando se intentan romper. 

¿Cuánto puede costar la libertad?

¿Cuánto puede doler romper las cadenas?

¿Cómo se hace, para liberarse de los mandatos familiares?

Pilar se lo preguntaba una y otra vez. En su mente, la idea de la libertad parecía solamente un anhelo. Soñaba con alejarse de la vida en los condominios Peña, hasta que un día decidió alejarse por completo. 

¿Cuánto puede doler romper con costumbres que lastiman? 

¿Se puede enterrar un pasado doloroso sin ver las consecuencias en un futuro próximo?

Samuel no paraba de darle vueltas a esas preguntas, siempre había sido una persona muy impulsiva. Hacía ya tres años que había decidido enterrar todo su dolor y emprender una nueva vida: un nuevo departamento un nuevo trabajo, un nuevo Samuel.

Creía haber superado todo aquel dolor, pero una y otra vez los fantasmas del pasado lo visitaban. 

Rompiendo cadenas I : InstintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora