- Mami!! - gritaron mis hijos apenas cruzaron la puerta
- Hola mis amores - respondió ella cargando a Lili en sus brazos mientras Leo se abrazaba a su cintura - Manoban - me miró seria - Explicación, ahora - dijo mientras caminaba hacia la sala
- Mami, mamá Lisa dijo que nos compraría dulces si te decíamos que nos comimos las verduras - habló Leo con un puchero en sus labios hacia Jennie
- Oh vamos! Eso no es verdad! Osea sí pero no fue así el trato Leo! - levante mis brazos como protesta
- No le creas a mamá Lisa, mami ella dijo eso! - le siguió Lili escondiéndose en el cuello de su madre
- Sí mami, mamá Lisa nos quiere hacer regañar - expresó Leo escondiéndose entre las caderas de Jennie
- Eso no es cierto!! - me defendí- Jennie, mi amor no les creas!
- Cállate Manoban, estas castigada - dijo sin mas dirigiéndose a la cocina
- Pero Jennie!!! Míralos, se están burlando de mi! - protesté ya que cuando se había girado, ellos me miraron y se rieron burlándose de mí
- No es cierto mamá! Mamá Lisa es mala! - Lili siguió con sus pucheros queriendo llorar
- Lisa! Ya ves lo que haces!? Hiciste llorar a Lili!
- Pero Jen... ella sólo está.. Esque ellos... - seguí defendiendome
- Mamá castiga a mami Lisa! - dijo un enojado Leo
- No se preocupen ya me encargaré - Jennie besó la frente de nuestros hijos, se giro y ellos seguían burlándose de mi
- Vaya hijos que tengo - susurré para mi mientras me cruzaba de brazos en el sillón
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- Amo a mis hijos! Gracias! - dije en voz baja, estaba sentada en nuestra cama, mientras veía a mi esposa dirigirse hacia mí con esa pequeña lencería roja, si los castigos son así desde ahora y no lavar los trastes por un mes, le compraría una tienda de dulces a mis hijos
- Entonces señora Manoban, hoy se portó muy mal - se sentó en mi regazo mientras agarraba mis manos para posarlas en su cintura
- En mi defen... - no terminé de hablar ya que colocó un dedo sobre mi boca
- Shhhh! Yo se lo que hiciste Manoban, así que no puedes hablar - se levantó de mi regazo y fue hacia los cajones donde sacó una venda y unas esposas
- Jen... Qué vas... Qué vas a hacer...? - dije nerviosa, Jennie puede ser muy ruda aveces en estas situaciones
- Silencio Manoban! - me tumbó rápidamente en nuestra cama
- Tienes dos reglas, la primera es obedecer y la segunda es no gritar - susurró mientras pasaba su dedo desde mi mandíbula hasta mis pechos
- Pero... - iba a protestar nuevamente pero cuando caí en cuenta ya estaba esposada a las barras de la cama
- Tienes dos opciones - se subió sobre mi y se acercó hacia mí cuello y dejó una serie de besos que me hizo enloquecer - Venda en los ojos - besó cada uno - O venda en la boca - pasó su lengua sobre esta, me hizo salir de orbita ésto último, intenté salir de aquí para hacerle el amor de una vez pero era imposible
- Tranquila mi amor, tendrás lo que quieres, pero mientras - se acercó a mí oído mordiendo suavemente mi lóbulo - Yo mando - susurró tan sexy que me hizo gemir
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- Oh! Jen! Jen! Me vengo mi amor! - gritaba no tan alto para no despertar a nuestros hijos
Jennie estaba montandome tan fuerte que creo que no caminaré por días, pero valía la pena
-Ahhh! - gemía mi esposa - Sí mi amor! Más rápido! - le repetía mientras sentía mi orgasmo llegar, pero sentí que ella se detuvo
- Jen! Noo! Qué haces?! - me estaba desesperando, esto era realmente un castigo, sentí como se separaba de mí - Jen entendí la lección! No me hagas esto mi amor!
Antes de seguir protestando se subió encima de mi a besarme salvajemente, su lengua jugando con la mía, nuestros labios entrelazandose entre sí, mientras sus manos subían hacia las mías y sentí como las esposas se abrían, quitó mi venda y me dio muy suave al oído - Hazme venir - antes de girarla debajo de mí.
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