Sagrada Tentación [VKook] (TERMINADA)

Cap 29

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Ahora si... empecemos!!)

Hoseok

"Felicidad" la palabra se quedaba corta para tratar de describir lo que sentíamos en ese momento.

Mis padres... los podía abrazar finalmente y después de tanto tiempo.

Somin, mi madre ángel, y Taeyang, mi padre demonio.

Pasé todos éstos años completamente solo, y creyendo que volver a ellos era algo imposible, pensando que los habìan alejado de mi lado para siempre.

Pero aquí estaban... junto a mi otra vez.

-Me tranquiliza tanto que estés bien Hobi... -susurró mi madre abrazándome con fuerza- Ha pasado tanto tiempo... Mi bebé ya no es tan pequeño como cuando me fui...

Se separó levemente para acariciar mis mejillas y sonreir con los ojos algo llorosos debido a la emoción. Reí entre lágrimas mirándola, aún sin creerme del todo que realmente era ella quien me sonreía.

-Me alegra tanto verlos otra vez. Creí que... jamás volverìa a verlos. Que se habían ido... "más allá del cielo" -dije algo triste.

-No hijo, desde un inicio y para siempre mantuvimos la esperanza de que tú nos encontrarías. Sentíamos que hallarías la manera y confiamos en ti. Tú fuiste nuestra esperanza... -habló mi padre y se unió al abrazo.

Reí y cerré los ojos disfrutando el momento.

-Somin... -oímos a alguien llamando a mi madre y todos nos volteamos- ¿Es... tu hijo?

Me señaló sonriendo. Según deduje, era la madre de Key.

Era una demonia y su padre era un ángel. Jooheon.

Yo sonreí y asentí respondiendo a su pregunta.

Mi madre deslizó con suavidad uno de sus brazos por mis hombros y me apretò un poco en una forma cariñosa.

-Sí, lo es -respondió despeinándome el cabello como cuando era niño- ¿Y él es el tuyo Solar?

"Solar" asintió abrazando también a Key.

-Es muy bueno por fin regresar a la normalidad y poder hablar como debe ser -dijo mi padre. Refiriéndose a la tan peculiar transformación que acababan de sufrir.

-Lo es. Sin duda alguna -le dió la razón Jooheon, el padre de Key.

Todos estábamos de acuerdo. Era increíble tenerlos de regreso. Por fin estar juntos. Poder finalmente cumplir aquello que nos habíamos propuesto hace tanto.

-Déjame verte, cariño... ¿No te ha ocurrido nada malo en éste tiempo? ¿Te has cuidado muy bien? -mi madre empezó a atropellarme con preguntas. Mientras me inspeccionaba exageradamente, como sólo las madres saben hacer.

Rodé los ojos y reí ligeramente. A pesar del tiempo y de que yo ya había crecido, ella no había cambiado, y al parecer, jamás lo haría.

-Estoy bien... no debes de preocuparte tanto -sonreí tratando de apartar sus manos que seguían revisandome.

-Una madre siempre se preocupa dulzura -soltó riendo Solar mirándonos- ¿Y tú cariño? ¿Dónde estuviste? ¿Te mantuviste a salvo?

Me reí al ver cómo Solar le hablaba a su hijo. Y Key reaccionaba igual que yo tratando de alejarla. Nuestras madres se parecían demasiado a pesar de ser claramente tan diferentes.