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𝐃𝐚𝐩𝐡𝐧𝐞 𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐭𝐨𝐫𝐞
Maldito seas Hall, no vas a seguir vivo y mucho menos tendrás la oportunidad de contarles a tus hijos que fue lo que hiciste en tu adolescencia porque yo no permitiré que te procrees. Salí rápidamente de mi habitación y corrí a la de Bryce, para mi sorpresa ahí estaba él comiéndose muy a gusto mis nuggets de pollo, ahora sabía lo que sintió Anthony en cuanto yo le robé su comida que tenía guardada en su habitación el año pasado, en cuanto el pelinegro se dio cuenta de mi presencia salió corriendo rápidamente, que suerte la mía que soy rápida para correr.
Nos encontrábamos corriendo por toda la casa, tengo que decir que casi atropello a Noah pero este antes de que yo pudiera caerme me sujetó. Era lindo, sin duda alguna, pero ya saben mis reglas yo vine a trabajar no a enamorarme, contando que ya llevaba tres días aquí.
— ¿Para dónde vas, señorita?
— A matar a Bryce, ahora suéltame, ¡suéltame! — dije como niña pequeña tratando de salir del agarre de Noah — vamos, solo le daré un golpe que lo dejará inconsciente.
— ¡TÚ NO SABES PELEAR, DAPHNE!
— ¡Y TÚ NO SABES SER NORMAL RICHARDS, ERES TODA UNA VIEJA CHISMOSA!— grité fuerte haciendo que el castaño el cual aún me tenía entre sus brazos hiciera una mueca ante mi grito.
— Ve, anda, ya me acabas de romper un tímpano.
— Que bebé eres, Beck — le di un lindo beso en la mejilla — luego te invito por unos nuggets.
— Te cobraré esa propuesta.
— Sí, ahora te dejo, el plan matar a Bryce sigue en pie.
— ¿Y si en vez de matar a tu hermoso mejor amigo comienzas a sacar unas buenas fotos? — Bryce entró a la casa con una gran sonrisa, a su lado estaba Quinton.
— Bueno, solo porque me gusta la vista.
— Eres una puerca
— Cállese señor Griffindor, que aquí el mas puerco es usted
— Habló el más santo — dijo Quinton acomodándose en las escaleras.
— No me hagas enojar Daphne, que sabes muy bien lo que sucederá. — expresó Griffin.
— Deja llamo a Dixie — saqué mi celular, el pelinegro de ojos azules solo me veía con una cara de "mis sentimientos puta"— Ay, verdad que te terminó por puerco.
— Yo que tu corro por tu vida.
— ¿Debería hacerlo, Quin? — este solo asintió
— Hasta la próxima.
Y así fue como volví a correr por mi vida, esta vez siendo la perseguida, era muy joven aún como para morir por molestar a Griffin, pero esta vez si me excedí mientras corría iba tirando todo lo que se encontraba a mi paso, en mi carrera tiré un sostén que si no me equivocaba la ultima vez que vi ese sostén fue en Cynthia cuando se metió a la piscina, creo que Quinton andaba de puerco. En cuanto llegué a mi habitación cerré rápidamente la puerta detrás de mi.
