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Sexto mes, YoonGi había estado insoportable y más quisquilloso, pedía demasiadas cosas y cuando el alfa no le hacía caso comenzaba hacer un berrinche, pidiéndole que le haga caso, en las noches no dejaba de quejarse porque el bebé no dejaba de moverse, en las mañanas levantaba temprano a TaeHyung para que le preparara su desayuno antes de que éste partiera al instituto.

El pobre alfa estaba lleno de ojeras y cansado a más no poder, porque ya se había metido a trabajar como guardaespaldas de el hijo de la manada Darkzone, era también cansado porque éste le trataba como si fuese su mayordomo o algo así.

TaeHyung abrió la puerta, cansado y agobiado, se quitó sus zapatos con sus propios pies y al caminar a la sala de estar aventó todas sus cosas a uno de los sofás, aflojó su corbata en el camino a la habitación donde percibia el dulce aroma a menta y un poco a fresa, el aroma de su bebé.

—Ya he llegado —avisó antes de entrar.

Al abrir la puerta se encontró a YoonGi hecho bolita en la cama, rodeado de la ropa del alfa y cubierto con la sábana que usaban al dormir, la cual estaba impregnada con el aroma del alfa, el pelinegro despegó la mirada de la TV y rápidamente abrió sus brazos para que el alfa fuese a donde él.

TaeHyung con una sonrisa desabotonó los gemelos de su camisa para después aventarse al lado de yoongi,sintiendo como éste se le pegaba como chicle y se restregaba contra él, en completo silencio.

Besó la mejilla del omega, notando como se acurrucaba contra él, llevó una de sus grandes manos al vientre del omega, sintiendo como su bebé daba leves pataditas, sonrió y beso la frente del omega con demasiado cariño, haciendo que YoonGi tomara color en sus mejillas.

Amaba y odiaba al YoonGi embarazado, qué dilema.

ꪮbligado a tener sexo tᥲᥱgιDonde viven las historias. Descúbrelo ahora