d v a

1.6K 216 21
                                    


Abrí mis ojos lentamente, tenía un fuerte dolor de cabeza y había un irritante sonido que lo hacía peor.
Me incorpore en lo que parecía ser una camilla, bajé mis pies y toqué el suelo, dándome cuenta de que estaba descalzo. Sentí el frío recorrer mi cuerpo, me abracé a mi mismo buscando calentar un poco.

Inspeccione el lugar, no parecía haber más que oscuridad y un largo pasillo. Giré hacia atrás topandome con una gran pared blanca llena de rasguños.
En eso caí en cuenta de donde estaba, una presión en mi pecho me hizo soltar un jadeo.
Tenía miedo.

– ¿Horacio? – Le llamé.

Solo pude escuchar susurros que no podía entender, sentía pisadas a mi alrededor pero no lograba ver a nadie, caminé hacia adelante viendo como las sucias y dañadas crujían con mis pisadas.
A medida que avanzaba el frío se hacia más fuerte, mi respiración empezaba a cansarse y humo blanco salía de mi boca cuando trataba de respirar con normalidad.

– ¡Horacio! – Le volví a llamar.

Tenía fé en que su cresta —hace poco— morada se mostrara por alguna de las horribles puertas, o que suave voz me preguntara que hacia en ese lugar, y me mostrar su linda sonrisa. Lo necesitaba y siempre lo haría.

Acelere mis pasos en busca de una salida pero una enorme pared me cerró el paso, me asusté. Giré a otro lado y otra pared tapaba mi visión, lo mismo sucedió con el lado derecho, hasta que voltee y pide ver como una de ellas se acercaba de manera exageradamente rápido.
Me iba a aplastar, moriría. Y lo peor es que nadie podría encontrarme.

Caí al suelo, echo un mar de lágrimas, súplicas y gritos salían de mi boca. Quería salir de ahí, ir con el, abrazarle y quedarme dormido en sus brazos escuchando como me cantaba.

Quedé encerrado entre cuatro paredes, escuchando voces, rasguños, gritos. Yo seguía llorando y golpeando, como si fuera a ayudarme a salir.
Cuatro luces se encendieron asustandome por segunda vez, calle, el lugar se tornó en silencio, y la pequeña habitación comenzó a inundarse con un líquido espeso y amarillento.
Trate fallidamente de escapar, el líquido llegaba a mis rodillas, a este punto iba a ahogarme, hasta que una risa me sacó de mis pensamientos.

– ¿Lev? – Dije incrédulo. Podía reconocer esa risa donde fuera.

Solo escuchaba pasos al rededor de mí, y sus pequeñas risas alertarme poniéndome nervioso.

– Mierda Lev, sácame de aquí. – Dije sintiendo como el líquido volvía a salir de no se donde.

Sin respuesta. Mi cuerpo tambaleo gracias el olor de el líquido, me estaba mareando. Y entonces me di cuenta, era gasolina.
No pude decir nada más cuando sentí como mi cuerpo ardía, sentía un caló abrasador quemarme, dolía. Pude sentir como mi piel se derretia y mis huesos se hacían líquido.
Horrorizado comencé a gritar, mi llanto se volvió más fuerte.

– ¡Cariño! – Salté de la sorpresa.

Desperté de nuevo, y esta vez me encontraba en el hospital. Todavía podía sentir el ardor en todo mi cuerpo y terminé por vomitar en uno de los cubos que había cerca de la camilla.

– ¡Llamen a un doctor, rápido! – Sentía caricias en mi espalda mientras tenía arcadas por el esfuerzo.

Respire hondo tomando posición recta, mire a Horacio, al ver sus pequeños ojos mirándome con preocupación, no lo aguanté y comencé a llorar fuertemente.
Con cuidado me abrazó, acarició mi espalda mientras yo me aferraba a su camisa.

– Bien... Estoy aquí – Tomó mi rostro y dio suaves caricias calmandome. – Ahora, vamos a respirar juntos. ¿Vale?

Asentí mientras seguía el mismo ritmo de su respiración, apasiguando la mía.

– Lo estas haciendo bien – Me sonrió y beso mi frente. – Despacio... – Me recoste en la camilla de nuevo sin quitar mis ojos de el, el tampoco lo hacía.

En eso la puerta fue abierta, y el que parecía ser el doctor entró a la sala. Nos miró con ternura y procedió a determinar lo que me había ocurrido.

– Está bien, Comisario Volkov y señor Horacio. Al parecer solo tuvo un ataque de pánico, no hubo heridas y tampoco hay daño cerebral por lo que te enviaré calmantes solo para cuando los necesites y este muchacho estará en casa en una horas. – Horacio agradeció y yo solo asentí.

El doctor apuntó algunas cosas en una planilla y me observó, se acercó comenzando a analizarme. Me hizo algunas preguntas y procedió a retirarse.

– Horacio... – Se giró y me sonrió.

– Si, lindura. ¿Qué pasa?

– Esta vez... No sentí que fuese un sueño – Dije con algo de miedo, apretó sus labios y cerró sus ojos.

Cuando comenzamos a salir, mis ataques de pánico se habían calmado, ya no sucedían muy a menudo porque Horacio me calmaba siempre que estaba estresado impidiendome pensar en otra cosa que no sea en él.
El los entendía, y conocía la razón.
Pero últimamente, cuando sucedían, se sentían reales.
Sentía que si me dejaba morir en uno de ellos acabaría siendo verdad en la realidad.

Entonces en un día de descanso, me llevó a la playa de noche. Caminamos juntos y contamos cómo estubo nuestro día, por alguna razón me gustaba sentir la arena en mis pies, sentir su mano acariciar la mía, la suave y fría brisa guiar nuestro camino, la Luna iluminandonos, y el agua como testigo de nuestras declaraciones.

Decidí que era mi segundo lugar favorito, porque el primero era él, Horacio, que me hacia sentir como en casa.

– Pero no lo era, porque no voy a dejar que te atormente – tomó mi mano. – Porque aunque sea un sueño, voy a aparecer para salvarte y matar a todos.

Reí, a veces me gustaba cuando me trataba como si fuera un niño.

– ¿Cómo un superhéroe? – Dije divertido.

– No, como superhéroe.

Aprete el agarre de nuestras manos, y unas cuantas lágrimas amenazaron con salir. No eran lágrimas de tristeza, eran de felicidad y agradecimiento, porque realmente me hacia feliz tener a alguien tan bueno y dulce formando parte de mi asquerosa vida.

– Te amo Víktor, y nada ni nadie puede decir lo contrario.

»————»——⍟——«————«

Esto se me ocurrió escuchando "future days" De Pearl Jam.
Ni idea, pero se me quedó la idea.
Además esa canción tienen un letra súper bonita, que me recordó a estos dos.

Espero que les haya gustado, es corto pero lo dice todo;(

Muchas gracias por leer este two-shot (?) les regalo todo mi lov ♡

Nos leemos pronto.
- Dan Evans

Sólo Tú. | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora