ʟᴏᴏᴋɪɴɢ ꜰᴏʀ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ||ᴛᴇᴇɴ ᴡᴏʟꜰ|| ꜱᴛɪʟᴇꜱ ꜱᴛɪʟɪɴꜱᴋɪ

ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ ᴜɴᴏ|| ᴡᴇʟᴄᴏᴍᴇ ᴛᴏ ʙᴇᴀᴄᴏɴ ʜɪʟʟꜱ

Me encontraba en la camioneta de mi mejor amigo yendo rumbo a mi hogar en Beacon Hills, nuevamente. El se ofreció a pasar por mi luego del funeral en New York  ya que mi padre adoptivo no podía o mejor dicho no tenia las suficientes ganas de irme a buscar y llevarme de regreso a nuestra casa y mi hermano no tenia su propio auto así que el vio la situación y quiso pasar por mi. ¿Supongo que debería presentarme no?

Bueno, mi nombre es Scarlett Lahey, tengo 16 años y bueno como dije anteriormente el señor Lahey me adopto hace un tiempo, no recuerdo exactamente cuanto. ¿Mis padres? tengo escasos recuerdos de ellos, me dejaron en un orfanato en mi cumpleaños numero 6 creo, era pequeña. Y estuve hasta mis 15 años de edad. Creo que son obvias las razones por las que estuve tanto tiempo en ese lugar, las familias que iban allí con la intención de adoptar, claramente en la mayoría de los casos buscaban bebes o niños muy pequeños. Yo no entraba en esa categoría. Hasta que días después de mi cumpleaños numero 15 el señor Lahey se intereso por mi y finalmente me adopto, su trato es... peculiar. Pero no puedo quejarme, después de todo el me había sacado del orfanato. Yo como persona soy... un tanto complicada, sufro un pequeño trastorno bipolar o comúnmente llamado "cambios de humor repentinos", me cuesta un poco demostrar afecto, pero cuando lo hago puedo ser la persona mas intensa del planeta. La mayoría del tiempo trato de ser lo mas positiva/optimista posible y no soy la clase de persona que se guarda lo que piensa pero si reprimo demasiado mis sentimientos, va, lo mas que puedo. Creo que la cosa más rara de mi es que tengo "tatuajes" en muchos lugares de mi cuerpo y lo digo entre comillas ya que no creo que mis padres me hayan tatuado entre mis meses de recién nacida y los 6 años, sería una locura. Pero si son como tatuajes, no duelen, no nada. Solo están ahí, existiendo en mi cuerpo. Trato de que no se vean cuando me visto así que si sobresale algo lo tapo con maquillaje lo mejor que pueda. No es que me avergüence pero ya he recibido muchos comentarios sobre ellos que no fueron nada lindos. Pero ni siquiera la directora del orfanato sabe explicarme de qué son, dice que mi padre lo escribió en una carta.

Al cabo de unos meses una carta llega a mi, esa hoja venia supuestamente de mi padre biológico, en la parte delantera decía: "Ábrela cuando te encuentres a ti misma". El hombre que nos hizo llegar la carta nos informo que mi "padre" sufrió un accidente y lastimosamente no había sobrevivido. No reaccioné mal, no tenia porque hacerlo sin embargo una pizca de amargura se hizo presente en mi paladar. Tuve que ir al funeral que se llevaba a cabo en New York pero gracias al cielo el señor Lahey quiso llevarme por lo que el viaje no fue problema.

Connor Fox, mi mejor amigo, era mi compañero en el orfanato, un año mayor que yo. El es una persona muy importante en mi vida, siempre estuvo para mi y me ayudo muchísimo con mi problema de cambios de humor. Lo adoptaron mucho antes que a mi pero sus padres entendieron que yo era una amiga muy importante para el y lo dejaron mantenerse en contacto conmigo, cuando nos enteramos que me adoptaron y que viviríamos a unas cuantas casas de diferencia eramos las personas mas felices que existían sobre tierra.
Y ahora nos encontramos en una camioneta, yendo de regreso a nuestras casas, charlando y escuchando música. Todo muy tranquilo, o eso pensaba hasta que supongo yo que era un animal ya que iba a cuatro patas, pasó sobre el vehículo haciendo que Connor frene de golpe, asustándome.

- ¿Que demo...-

- No importa, ¿Estas bien?- preguntó dirigiendo su mirada hacia mi.

- Si, completamente bien. Tienes buenos reflejos. ¿Tu?- le devolví la pregunta.

- Si, estoy bien. ¿Que?¿Esperabas menos de mi?

Puse mis ojos en blanco pero una sonrisa de lado escapo de mis labios.
Al cabo de unos 15 minutos llegamos a mi casa, le agradecí a Connor por traerme y lo invite a pasar pero el se negó ya que al otro día tendríamos clases, lo había olvidado. Me despedí de el y me adentré a la casa.