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Su propio apartamento, comprado con el dinero que le ha rendido a base de ser un pintor famoso. Cuatro habitaciones, cada una con su baño completo, una cocina integral, comedor, sala, una biblioteca, un saloncito donde colgaba los cuadros que eran obsequios de otros artistas, por último y no menos importante, su estudio. El lugar donde siempre se la pasaba horas encerrado, su propio mundo. Lleno de pinturas, latas, lienzos, plumones, telas, pinceles y todos los instrumentos que Ji Yong usaba para crear su arte.

El departamento fue decorado por él mismo y bueno, tal vez Seung Hyun ayudó, todos los muebles fueron elegidos por ambos. A pesar de que Seung también ganaba buen dinero por sus oleos, Ji Yong jamás le permitió pagar una sola cosa que tuviera que ver con él, ni siquiera una comida o un trago. Dios que si el menor era orgulloso, inmediatamente que Choi se ofrecía a pagar Kwon lo mandaba al demonio y pagaba sus propias cuentas, fue difícil para Seung Hyun sobrellevar a un chico que no quería plata y no se dejaba impresionar por el dinero, normalmente todos los que se acercaban a él buscaban eso.

Ji Yong estaba tan orgulloso de que siempre fue fiel a sus principios, ver qué todo lo que estaba en su departamento le pertenecía y todo era absolutamente ganado con el sudor de su frente le causaba una profunda satisfacción.

Amaba tanto su departamento, había algo que amaba incluso más que Choi Seung Hyun y que jamás dejaría, su arte. Por alguna razón el estudio era la parte más importante de su casa. Desde que era niño dibujar, pintar, iluminar, trazar, grafitear, cocer, moldear, tallar y todo lo que incluyera el arte plástico le causaba una tremenda paz.

Cuando a los 5 años le detectaron hiperactividad sus padres no sabían que hacer con el pequeño y desastroso Ji Yong, el que no le gustaba estar en clase, el que odiaba su ropa y la cortaba con tijeras, aquel que terminaba haciendo un charco de pinturas en medio de la clase y parecía que hubiese sido vomitado por un cuadro de Picasso. Sus maestras corrían detrás de él, incluso una vez se subió a un árbol porque quería ver los colores de un pajarito que llamó su atención. Odiaba estar sentado, odiaba las estúpidas letras y los números, amaba ignorar a las maestras y jugar con plastilinas. Incluso le hacia la vida difícil a su madre cuando no quería ir a clases porque amaba el programa de Bob Ross que salia todos los días durante su horario de escuela.

Durante sus primeros tres años en el jardín de niños los directores lo habían cambiado de salón tantas y tantas veces que ya ningún profesor quería tenerlo en clase. Hasta que en primero de primaria un concurso de dibujo lo hizo demostrar su talento, el pequeño hijo de puta ganó el primer lugar por encima de los niños de sexto año que pertenecían al taller de dibujo, los cabrones ni siquiera lo vieron venir.

El profesor de arte de sexto año, el señor Dong, vio potencial en Ji Yong, uno que nadie trato de explotar. Ver a un niño de 6 años dibujando mejor que niños de 11 años era realmente fascinante. Ji Yong siempre recuerda con ternura al profesor Dong, fue el primero que apostó en su talento, el único profesor que logró ver qué él sería un artista. Dong tuvo que cerciorarse de que efectivamente Ji Yong había dibujado el paisaje, así que sus padres fueron llamados al colegio y presentaron aquella foto donde se ve la elegante casa tradicional de la abuela junto con un hermoso jardín acuático. Esto no fue suficiente para la directora que se negaba a reconocer a Ji Yong como ganador, hasta que fue llevado al salón de arte y volvió a dibujar el mismo paisaje pero está vez de memoria. Al final JiYong ganó el concurso pero era demasiado pequeño para una bicicleta que evidentemente fue comprada como premio para un niño mayor, así que la bicicleta fue donada a un chico que vivía lejos del colegio y a cambio de donar el premio la directora le dió la oportunidad de ser instruido por el profesor Dong. Desde ese momento sus padres y los maestros pactaron un acuerdo con el pequeño; Si Ji Yong quería podía unirse al taller de arte siempre que cumpliera con sus tareas y obedeciera a sus maestros. Desde ese momento "el infierno" Kwon Ji Yong paso a ser "el artista" del primer año.

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