Capítulo 1

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Capitulo 1

Reconozco en tu mirada que hoy me toca madrugar, disparando desde el alma lo mejor de mi arsenal. Mis delirios en baladas, mi artillería más pesada, que si pierdo la batalla ¿Qué más da?

Reconozco en tus palabras que te vas a estacionar al calor de mis entrañas para no salir jamás, este corazón no aguanta otro flash de tu mirada, reconozco que me voy a enamorar…

Reconozco que ya no tengo remedio, que me paso de sincero, ven y compra el primer beso que te entrego entre mis labios un pedazo de universo, reconozco tengo miedo sabe Dios que gran aprieto es abrir en dos mi pecho y sacar de lo mas dentro todo lo que estoy sintiendo… reconozco simplemente que te quiero.

Reconozco - SanLuis.

Despertando con el sutil sonido de la voz de su madre, perdiéndose en el infinito océano de sus ojos tan azules como dos zafiros, otro día empieza y con este otro día mas de escuela. Su afinado canto, aunque estuviese en la ducha, terminaba de hacer como una burbuja libre de preocupaciones. Exceptuando el Baile De Mascaras Del Otoño. No le gustaba exhibirse, y menos con compañeros nuevos de instituto.

Su madre toco la puerta justo cuando terminaba de peinar su cabello. Ya estaba casi lista. Cuando el suave pero firme golpeteo de la puerta la sobresalto un poco.

-Melissa, ¿estás lista?

-Si madre, ya bajo a desayunar.

-Está bien.

Tomo sus cosas y salió. Se dirigió a la cocina, allí estaban sus padres y su hermana menor Alison.

-Buenos días -dijo saludándoles con un beso.

-Buenos días -dijeron al unísono.

-Meli -dijo Alison-

-Dime cariño, ¿en que puedo ayudarte?

-Es que en la escuela me pidieron de tarea un ensayo, donde describiéramos a la persona que yo admi… admi…re -dijo con dificultad.

-Y ¿a quien admiras?, ¿de quien será tu ensayo?

-Acerca de ti. -dijo Alison. Ella hacia esfuerzos para no llorar de admiración, pues amaba a su hermana más que a su propia vida.

-Chiquita -la abrazo- gracias por admirarme. ¿Para cuando es tu ensayo?

-Para el viernes -dijo apartando un pequeño rizo de su carita de ángel.

-¿Lo harás tu?

-Humm… no -rio- lo harás tú. -ambas rieron al unísono.

Desayunaron tranquilamente y luego todos a sus deberes: Melissa y Alison a la escuela, Katherine y Derek estaban en la universidad. La casa se sentía vacía, pero Hannah, madre de Melissa, se encargaba de decorar su casa, que también era su trabajo, decorar espacios. Amaba su trabajo. Tanto como amaba a su esposo y a sus hijos.

El día en la escuela transcurría sin problemas. Excepto por el inicio de la decoración del gimnasio. Todo inundaba sus pensamientos: las mascaras, los adornos sencillos pero elegantes… y chicos hablando de eso. Agradeció que Alison no estudiase en el mismo instituto que ella. A veces sufría de bullying mental, ya que se menospreciaba por ser blanca, casi como el papel, ser delgada, muy delgada pero con unas curvas muy sutiles, un poco de busto, unas sensuales caderas  y lindas piernas. Mientras pensaba en ¿Cómo seria si cambiara el rojo color de su cabello por una melena castaña? O si se bronceara un poco…  ¿podría atraer a alguien? La voz de alguien conocida la saco de sus cavilaciones.

Te Quiero Hasta Que Me Demuestres Lo ContrarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora