capítulo 1

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"Mi nombre es Mavis" - personaje hablando.

'Kurama, por el amor de dios' - personaje pensando.

"Este es un buen lugar para estirar las piernas" - Biju/Demonio hablando.

'Mejor no lo hago' - Biju/Demonio pensando.

Comienza.

Transylvania.

Un lugar vasto en paisajes; Enormes montañas de caminos traicioneros con filosos picos al fondo de cada cornisa, grandes y tétricos bosques donde si te pierdes será para no ser visto de nuevo nunca, cementerios lúgubres capaces de volver gelatina las rodillas de los hombres más valientes.

Con todo lo dicho anteriormente; pareciera un lugar al que nunca desearías acercarte… Quizás en el siglo XV. Actualmente Transilvania es uno de los destinos turísticos por excelencia en pleno siglo 21, Sus festivales y cultura, comida y amables personas, que mejor hora para visitar una tierra tan rica que en el próximo festival de Halloween.

Lejos de todas las preocupaciones, no trabajo, no estudio, no misiones, no locos con ojos raros tratando de esclavizar al mundo, no peleas contra diosas autoproclamadas, nada de perder otro brazo, no falsos amigos que te dan la espalda a la primera señal de complicación y no una zorra que se va con el responsable directo de la pérdida de dicho brazo solo porque su clan se lo ordena, al menos se fue con un regalito antes de irse.

"Y ahí vamos de nuevo, torturándote otra vez por lo que dejastes atrás. Honestamente, si hubiese sabido que estarías tan melancólico mejor no te daba ese Jutsu" dijo una voz gruesa y demoniaca, molestia palpable pero no tanto como la pereza que impregnaba su voz.

"¡Oh vamos! No puedes esperar a que deje ir todo el dolor de un día para otro". Dijo otra voz, está contraria a la primera, se escuchaba joven y un poco triste.

"Ya pasaron dos años, supéralo".

En lo alto de una montaña, un hombre se alzaba frente a los rayos del sol de la tarde, su cabello rubio brillando como el sol, ojos de zafiro, piel ligeramente bronceada, con tres marcas de bigotes en cada mejilla, se puso en 1.80 metros de altura, con una sólida construcción muscular, siendo su único defecto el brazo derecho faltante.

Uzumaki Naruto miro el horizonte, sus ojos miraban el cielo, pero su mente se encontraba en otro lugar.

Fue un año atrás, la vida parecía fácil en ese entonces, una guerra, golpear chicos malos, redimir a un amigo, todo fue demasiado bien para ser verdad, él logró sus objetivos, regreso a Sasuke otra vez a su hogar. Le costó un brazo, pero en ese entonces parecía un precio pequeño a pagar por su Hermano.

Oh que equivocado estaba.

Con el regreso de Sasuke pareciera su vida se fue al caño, podía comprender la atención al Uchiha, pero parecía sus amigos se olvidaron de él, lo ignoraron y lentamente se convirtió solo en alguien a quien saludaban ocasionalmente al pasar por la calle y por compromiso. Luego Hinata, la chica que lo amaba termino por aceptar las órdenes de su clan para desposar al Uchiha renegado, algo sobre fortalecer la línea de sangre Hyuga. Honestamente no lo escucho tras el sonido de su corazón partiéndose a pedazos.

El único amigo real que tenía fue al que originalmente odiaba por volverlo la paria del pueblo, Kurama, el gigantesco zorro de las nueve colas.

Sacudiendo su cabeza, el rubio se enfocó, no valía la pena llorar sobre la leche derramada. Por eso acepto la ayuda del zorro para viajar a otro universo, una variante del jutsu dios del trueno volador que su padre creo con las notas del segundo Hokage, y que su madre Kushina ayudo a completar.

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