Capítulo 1.

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Todavía recuerdo a aquel chico de ojos azules...

Nos conocimos una noche iluminada por las llamas del fuego que incendiaba mi casa, yo y mi familia nos despertamos con el ruido de la alarma de incendios, y por suerte unos vecinos llamaron a los bomberos porque mi padre se encontraba de viaje y mi madre estaba muy asustada, ya que no sabía como sacarnos de allí a mis dos hermanas y a mí.

Cuando los bomberos nos ayudaron a salir , miré la ventana de la casa y no le di importancia a lo que veía, eran simplemente llamas y al mirarlas me dolía la vista, pero quise fijarme un poco más y vi un niño. Un niño de pie, observándonos, ya que fui la única en darme cuenta, empecé a advertir a la gente de que todavía había alguien dentro de la casa, pero nadie conseguía verlo y como era simple niña pequeña, no tomaron importancia a lo que decía. Esa noche dormimos en casa de los vecinos, que se ofrecieron a acogernos durante el tiempo que necesitásemos hasta encontrar un buen hotel u otro sitio donde alojarnos. Cuando ya nos dejaron un cuarto y nos acostamos, esperé a que todos se durmieran y miré por la ventana, que daba a nuestra casa y en el jardín, pude ver de nuevo al niño. Se le veía perfectamente, no como cuando estaba atrapado en el fuego, así que le dije de nuevo a mi madre que había un niño, pero ella seguía sin verlo.

En ese momento yo tenía 10 años y él parecía un niño de mi edad, tenía una mirada triste, y a cualquier persona ese niño le habría causado miedo en esas condiciones, pero a mí me dio tranquilidad porque en ese momento todavía seguía asustada por el incendio. El niño parecía mirarme constantemente y decidí bajar a ver quién era o qué se supone que quería, me puse mis botas y salí con el camisón que me habían prestado. Cuando estaba fuera me senté en la acera de delante de la puerta, desde donde tenía una perfecta vista del niño, ya que mi casa era la del frente, y esperé a que el niño se acercara pero seguía mirándome fijamente como si esperara que yo le dijera algo, y no fui capaz así que permanecí mirándole y poco a poco empezó a caminar hacia mí. Cuando ya estaba bastante cerca de mí le pregunté por su nombre y se acercó y me dijo suavemente al oído: "Mi nombre es Pyro" Era un nombre precioso, no lo había oído nunca. Después de eso entré de nuevo a la casa, subí las escaleras, me quité las botas y me tumbé de nuevo al lado de mi hermana.

A la mañana siguiente me desperté, y bajé con mis hermanas a desayunar, yo era la más pequeña y mis hermanas me prestaban mucha atención porque yo tenía miedo después de lo del incendio. La señora Thomas, nuestra vecina, nos preparó unas tostadas y le untamos lo que quisimos. Después de desayunar nos quedamos en casa de la vecina mientras que mi madre se fue a arreglar unos asuntos con el seguro. Ese día no fuimos al colegio.

Por la mañana mis hermanas me preguntaron por "el chico que había visto en el fuego" pero por mucho que expliqué lo que me había ocurrido, no quisieron creerme.

No me importó lo que pensaran, yo había visto a Pyro, y sabía que nos volveríamos a ver...

Pyro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora