Vatros necesitaba un planeta que sirviera como su reino pero conoció a la humanidad, le molestaba que aquellos que consideraba insignificantes tuvieran el privilegio de habitar la Tierra. Ambos mundos se unirán para eliminar al Ángel Caído
— En el principio no había nada, nada más que la infinita oscuridad hasta que hubo una explosión que sería conocida como el Big Bang y esta crearía seis gemas elementales que le darían un poder inimaginable al que las posea — contaba el Padre de Todo — Durante millones de años diferentes planetas se crearon y seres con el poder de un dios, pero había uno que buscó la destrucción de aquellos que consideraba inferiores, los subestimaba — una especie de ilusión se hace presente, mostrando una especie de ángel
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— ¿Un ángel caído? — preguntó un joven rubio que aparentaba tener veinte años, pero que en realidad tenía cientos de años — Ya hemos enfrentado a los ángeles caídos — continuó con arrogancia — Hasta nos hemos ganado el respeto de Yahvé, Jehova o como se llame ese dios cristiano. Los ángeles caídos son seres insignificantes
— Este no es cualquier ángel caído, Thor, es el ángel caído que casi gobierna el infierno de Midgar para conquistar el mundo de los vivos
— Y supongo dirás algo como que también quiso conquistar los Nueve Mundos, el Olimpo y el reino de Yahvé. ¿Cuál es el nombre del miserable que acabó con mi abuelo?
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— Vatros
...
— ¡Vatros! — gritaba Thor ya adulto — ¡Ven y enfrentame, cobarde! ¡¿O es que tienes que invadir otros universos para hacerlo?!
— ¡Ya basta! — gritó un hombre bajo sus pies — ¡No sé quién seas pero no permitiré que sigas aterrorizando esta nación!
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