III

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Confesiones
Parte 1
En una noche de insomnio

Tengo miedo.
Me intimida lo que puede llegar a ser el brillo de tus ojos y tu inquebrantable sonrisa.

Esa que llevas en los labios con tanta valentía
Que me hizo conocer,
La rapidez con la cual
Se me puede erizar cada vello de la piel.

Esa sonrisa que se robó de mi,
Lo que la gente mortal llama sentido común.

El amor,
Dios mío,
Es realmente es difícil de contener.

Quisiera ser tan osada como tu sonrisa.
Gritarte a los cuatro vientos
Que no hay nada más,
Absolutamente nada;
Mas leal y más puro,
Que el tímido latido de mi corazón,

Ese suave pálpito que pierde el compás,
Cuando tu boca pronuncia un te quiero. 

Efímero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora