Pelador; luciale

V

Alex llegaba a su casa una hora antes del entrenamiento. Tenía el tiempo de su parte pues solo tomaría su mochila con su ropa, se cambiaría de ropa para después devolvérsela a Dani la que le prestó y escondería la ropa de la pelea para lavarla después.

Ya tenía todo listo, solo faltaba cambiarse. Se encontraba desnudo viendo su clóset, recordando donde había puesto toda su ropa de hace cinco años. Ponerse toda esa ropa ancha le traería malos recuerdos pero era lo que había, no podía dejar que su mamá o sus hermanos lo vieran golpeado.

En cuanto a jeans usaría los de ahora, en eso no habría problema. Encontró una manga larga verde olivo delgada, encima de ella se puso una chamarra de mezclilla y por último se colocó un gorrito que lo caracterizaba en el pasado. Golpes de brazos, piernas y algunos de la cabeza lograban ocultarse. Con esa combinación podrían creerle que tenía frío y no porque ocultaba otra cosa. Opto por difuminar un poco los golpes de la cara con un poco del maquillaje de su mamá, dándole la apariencia de un golpe viejo y no nuevo.

Termino de amarrar los tenis y salió de su casa.

.....

Lucia se encontraba en su casillero terminando de arreglar sus cosas. El timbre de salida ya había sonado hace 10 minutos y la presencia de Mariana, la única con quien hablaba, no estaba.

Le dijo que se lamentaba por dejarla sola tan temprano pero había conseguido un trabajo de medio turno para ayudar a su tío, con quien vivía, con los gastos de la casa y de la universidad, bromeó con que los mortales como ella sin padres con una solvencia de envidiar como los de Dani y sin talento como Alex que estaba luchando por una beca deportiva, tenían que buscarle.
Aunque su intención no fue lastimar a Lucia con su comentario, Lucia de dio cuenta de su realidad. Había tenido todo desde muy pequeña, pero el costo fue haber crecido sin papás alrededor de ella.

Mariana, antes de irse le había propuesto que se quedara con Dani quien iría a las gradas a ver el entrenamiento de Alex, quien ya se sentía mejor. Lucia se negó, pues no tenía tanta confianza con el chico de rulos ni con Alex como para estar con ellos.

En cambio, decidió ir a las pruebas de porristas. Se decidió entrar al equipo pues tenía un fuerte vínculo con ese deporte. Gracias a los entrenamientos, que solían acabar tarde, ya no se la pasaba sola en su enorme casa en la tarde y llegaba empezando la noche, lo justo para comer algo, hacer tarea y dormir.

Cuando llegó al gran campo, donde jugadores y porristas compartían pasto, vio al chico de ojos verdes haciendo calentamiento solo con el equipo ya puesto, muy a lo lejos llegaban el entrenador con los demás integrantes de equipo.
Noto que Alex llevaba un conjunto diferente al de los demás, tenía una playera de manga larga, no recordaba vérsela ayer.

Por su lado del campo se empezaba a aglomerar los porristas. Dejo de ver al chico y se enfocó con los que estaban llegando.

.....

Los analgésicos que había tomado antes estaban haciendo maravillas. Casi no le dolía el cuerpo, realmente no sentia el resultado de dos días de sufrimiento.

Se la pasó todo el entrenamiento repasando jugadas, enseñándoselas a los nuevos del equipo y discutiendo con el coach sus posiciones. Esta primera semana evaluarian su potencial. Cuando terminó de hablar con el coach vio que el equipo habia dejado el entrenamiento para estar embobado viendo las rutinas de las porristas.

Suspiró enojado y quiso llamarlos pero el coach lo paró.— Déjalos que se diviertan, todavía es muy temprano como para ponernos serios. Descanso de diez minutos.

Vio al entrenador dirigirse a las bancas y volvió la mirada hacia las porristas. Suspiro con resignación y caminó donde estaba el equipo para practicar las patadas. Alex, si bien era el quarterback en sus inicios entro como pateador, por lo tanto tenía era el segundo pateador si se encontraban en algún juego decisivo.