Rayando lo imposible

Capítulo 7

Jason.. su nombre pegaba tanto con su personalidad, yo ahora lo miraba, el agua le corría desde su cabello a su rostro, su ropa empapada.. mi imagen debía ser la misma, sentía tanto frío que me planteaba una posible hipotermia (exagero un poco) pero de verdad el frío era violento, frotaba mis brazos por encima de la chaqueta pero esta estaba demasiado mojada, fue de repente esta fuerte lluvia, cuando salimos del convento caían pequeñas gotas pero se convirtieron en un diluvio torrencial con relámpagos que se escuchaban muy fuertes, lo peor? Estar en medio del bosque con un asesino que no me soporta
__ Debemos volver, hace mucho frío y no parará de llover - le dije pensando que me haría caso
__ Volver? estás loca si crees que voy a volver, nos alejamos del convento y con esta lluvia será molesto regresar contigo
__ Bien y que planeas hacer? morir de hipotermia o con un arbusto en la cabeza?
__ Sé a donde ir, ahora tú arreglátelas como puedas
__ No me puedes dejar!! Tú me trajiste - le dije, no quería estar con él pero al parecer el conocía un lugar seguro y eso era suficiente
__ Adiós - lo dijo tan calmado que me dieron deseos de golpear su tonta y linda cara

Pero lo hizo, dio media vuelta y se fue rumbo a no se donde, intenté seguirle en vano porque.. desapareció. Ahora la lluvia azotaba mi piel con más fuerza y el miedo me carcomía, seguí caminando como pude, tropezando y callendo de bruces en un charco, más mala suerte no podía tener, no sé en qué dirección me dirigía pero luego de caminar por cinco minutos visualice una cabaña y fue como ver el paraíso, no sabía que alguien viviera en medio del bosque.. no lo pensé más y corrí hacia allí.
__ Hola? pregunté y nadie contestó - toc toc - se escuchaban mis nudillos golpear la madera de la puerta pero esta se abrió y no dudé en pasar - Hola? - sólo silencio

El lugar era un poco tenebroso, pequeño, dudaría en si aquí vive alguien si no fuera por la vela encendida que había arriba de una vieja mesa, paredes de madera, una chimenea, piso igual de madera un poco más clara y una puerta que supongo sería el baño. Por lo menos esperaría a que pase la tormenta y regresaría al convento. Me senté en el suelo recostada a la mesa, tiritando del frío que hacía, abrazando mis piernas con los brazos y de repente un cuchillo se incrustó en la madera justo al lado de mi cara. Mi grito fue de esperarse y quise salir corriendo de ese lugar pero me atraparon por la espalda impidiendo mi huida. Oh Dios voy a morir voy a morir
__ Jajajajaja - me soltó y cuando le vi.. __Jason?.. tú..eres un idiota !!! Me has dado un susto de muerte !!
__ Tu cara - ahora su expresión cambió de una divertida a una traviesa, me miró y rió de lado - el terror en tus ojos fue lo más divertido que he presenciado, incluso no me viste estando delante de ti, esa sensación de estar cerca de la muerte.. dime, la experimentaste verdad? sentiste que ibas a morir y no podías hacer nada para evitarlo, pues te advierto que así te sentirás cada vez que estés conmigo
__ Si me quisieras matar ya lo habrías hecho - tragué hondo para que no se notaran mis nervios - entonces no lo harás
__ No lo haré porque por ahora te necesitan, pero tienes razón, si quisiera matarte ya lo hubiera hecho, aunque eso no quita que no lo haga cuando me apetezca o resultes un estorbo.

Me quedé pensando en sus palabras, si quería sobrevivir tenía que ser inteligente y no hacer que desee matarme, porque a leguas se ve que es un tipo peligroso. No sería una tarea sencilla ya que él hacía todo para enfadarme. Salió de la puerta que había en la esquina con una toalla y me la tendió
__ No me importa en lo más mínimo si enfermas pero ahora eres mi responsabilidad y no quiero inconvenientes por tu culpa
__ Eso lo dices luego de dejarme tirada en medio del bosque, porque dice todo lo contrario
__ Sabía que ibas a encontrar este lugar, sólo te lo puse un poco difícil. Y ahora quítate esa ropa, esta empapada y se tiene que secar para cuando nos marchemos
__ De ninguna manera me quedaré casi desnuda delante de ti
__ No van a ser el primer par de piernas que haya visto en mi vida, para algo te di la toalla, ahora o te cambias tú o a mi pesar lo haré yo
__ Está bien solo no te me acerques

Comencé por quitarme la chaqueta y quedar en bra, este no quitaba su oscura mirada de mi cuerpo, baje con dificultad mi pantalón y quedé en ropa interior delante de él. Iba a ser monja pero siempre usé ropa interior en conjunto y mi bragas negras de encaje con mi sujetador del mismo color hacian ver mi cuerpo espléndido. Me coloqué la toalla al rededor de este de inmediato y puse a secar la ropa encima de la mesa.

__ Ya que estamos los dos solos aquí y como no hay nada que hacer podríamos divertirnos un rato - no entendí a qué se refería hasta que soltó - tu cuerpo no está nada mal monjita, así que se me ocurren muchas maneras de que la pasemos bien

Mi cara se puso colorada de la vergüenza, yo soy virgen y ni loca haría esas cosas y menos con él, siempre he pensado en entregar mi virginidad a el hombre que me ame y me respete. Sus ojos seguían viéndome con un brillo de.. deseo? Se fue acercando ya sin su habitual sonrisa burlona, retrocedí como pude hasta chocar con la mesa. Este llegó hasta mi y tomó un mechón de mi mojado cabello entre sus dedos colocándolo detrás de mi oreja, pasó los brazos a los lados de mi cintura apoyándolos en la madera y por tercera vez sentí su respiración en mi cuello, sentí su lengua lentamente recorrer esa parte, y un escalofrío me hizo erizar. De repente se agarró de mis caderas y me subió a la mesa colándose entre mis piernas, yo no sé que me pasaba que no podía reaccionar, bajó mi toalla si darme tiempo a impedirlo y me tocó los pechos trazando su contorno y bajando su mano hasta llegar a mi sexo donde la dejo quieta por unos segundos y comenzó a mover sus dedos en círculos por encima de mi braga, se me escapó un gemido que llevaba conteniendo y este sonrío y se separó dejándome con la boca abierta
__ No te voy a coger monja ilusa, aunque me dejaste claro que puedo hacerlo cuando quiera - sonrió de lado y agregó - aunque es una lástima que no lo desee

Dijo eso y se acostó en el suelo, pensaba dormir, yo sentí tanta rabia que de mis ojos brotaron lágrimas por ser tan tonta y no pararlo desde un principio. Le imité e intenté dormir, claro del lado opuesto a él y sin darme cuenta mis pensamientos me dejaron hasta caer en brazos de Morfeo.