-Capítulo 2: •Confesiones

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—Max.. Max..., Viejo..—

Me despertó Jackson golpeándome continuamente el hombro.

—Max, ¿En que momento subiste a mi habitación?— me preguntó Jackson

Jackson estaba destruido, tenía la voz ronca y le costaba mantener sus párpados abiertos.

—No podía aguantar las ganas de dormir y note que tú estabas en el sofá durmiendo y subí a tu habitación para poder descansar— Le dije levantandome y colocándome la camisa y los zapatos.

Jackson tenía la mirada perdida, ni siquiera entendía lo que yo decía.

—Acuéstate y duerme Jackson, luego te despertarás un poco mejor— Le dije cerrando la puerta de su habitación.

Eran las cinco de la tarde, tenía que regresar a mi casa.
Baje a la cocina para ver si encontraba algo para comer y veo a Megan.

—Hola Max..— Dijo megan mirándome fijamente. Era tan bonita...

— Hola Megan, de verdad lo siento por lo de anoche no quería molestarte..—

— Cuantas veces me vas a pedir disculpas Max — Dijo sonriendo

No recuerdo haberle pedido disculpas antes.

— A veces es bueno que las personas digan lo que sienten— Dijo Megan agarrando su taza de café dándole un trago.

Ella no dijo nada en el momento en el que le dije que me gustaba, tal vez no sienta lo mismo por mí. Soy un idiota por tratarla como si fuera una amiga lejana, ella ah estado conmigo desde los díez años y me enamore de ella a los quince años. En la actualidad tengo dieciocho y todavía no le eh dicho lo que siento por ella...

— En que piensas Max..—

— En nada... — no tenía las agallas para decirle. — ¿Puedes darme algo de comer?— le dije sonriendo y me senté en la silla.

— ¿Quieres café? — Preguntó preparando café en una taza.

— Si claro —

Megan era muy buena amiga, ella podría hacer cualquier cosa por tí pero solamente si ella tiene la confianza de hacerlo.

— Ten, está un poco caliente — Dijo colocando la taza de café en la mesa delante de mí.

Me sentía como si me estuviera cuidando.

— Gracias Megan..—

Ella se sentó a mi lado y me puse muy nervioso, se acercó a mí.

— Max, tú también me gustas... —

Mierda! No lo podía creer, Megan acaba de decirme que le gusto. No sabía que decirle, solo pensaba en que si decía algo lo iba a arruinar.

— Megan yo..— Jackson, mierda me había olvidado de él. Me iba a asesinar.

Ya era hora de que le dijera, era el momento de decirle todo lo que eh practicado años delante de mi espejo, en la ducha, en la escuela y con mis almohadas. Así que respire hondo y lo solté.

— Megan, me gustas desde hace mucho tiempo, siempre llamaste mí atención por qué no eras como las demás eras única, tu aroma me daba paz, tu sonrisa felicidad, y tus palabras calma. Eres la chica con la que siempre eh soñado tener momentos increíbles y pasarla bien todo el tiempo, te elegiría a tí una y mil veces... — No puedo creer que lo haya hecho, mierda lo dije incluso como lo había escrito miles de veces en un papel.

— Max, yo..—

— ¿Solo toman café? —

Mierda era Jackson, por qué tuvo que aparecer en este momento, no lo estoy creyendo.

— Si, Megan me lo ah hecho para recuperarme — Le dije mirando a Megan.

— Ah si, por qué él tenía dolores en su cabeza — Dijo algo nerviosa)?

— Está bien, prepárame uno mientras tomo un baño — dijo Jackson subiendo las escaleras.

No sé cómo iba a reaccionar Megan me dió tanta vergüenza decirle esas palabras pero no me arrepiento era algo que lo tenía guardado durante mucho tiempo y los nervios hicieron que las palabras que dije fuera como si estuviera leyendo una carta. Cuando practicaba delante de un espejo era cien veces más fácil, incluso practicaba las caras que iba poner cuando se lo decía. Soy un idiota.

— Ya vuelvo...— Dijo Megan poniéndose de pie y retirándose.

Que podía hacer, ya le había dicho todo lo que sentía arriesgue todo mi orgullo por decirles esas palabras, ella no dijo nada, ni siquiera sonrió tal vez hice pasar mucho tiempo o tal vez ella no sienta nada por mí.

Lo sé, no dijo nada por qué tal vez piensa que va a lastimarme más de lo que estoy por lo que paso con mi padre y mi hermana.

Baje mí cabeza junto a mis dos brazos sobre la mesa. Me sentía tan miserable, sentía como si nada me saliera bien, cómo si la felicidad y el éxito se habían ido de mi vida, se me hizo un nudo en la garganta pero no voy a llorar, no lo haré.

Me siento solo nuevamente en un habitación sin puerta donde solo puedo estar sentado en una esquina y pensar en todo lo malo que sucedió en mi vida.

Me pongo de pie y voy por las llaves del auto que estaban en la habitación de Jackson. Al subir escucho un sonido como si alguien estuviera llorando, venía del cuarto de Megan.
Al darme cuenta la puerta no estaba muy cerrada y hecho un vistazo.

Mierda era ella, estaba llorando pero ¿por qué? no lo entendía, de inmediato pensé que se había lastimado o pasado algo peor y entre a su habitación.

— Megan.., ¿Estás bien? — Le pregunté nervioso.

Un silencio incómodo surgió de inmediato, ella levanto su cabeza y me miró con sus ojos llenos de lágrimas.

— Max.. de verdad me amas? — preguntó con lágrimas en sus ojos.

No sabía que decirle, ella estaba llorando tal vez le hice mal o la lastime o le falte el respeto. Me cabeza está por explotar.

— Megan yo...—

— Solo dímelo Max. — Dijo levantándose de su cama.

— Si... — Le dije y baje la mirada.

— ¿Por qué?, ¿ Por qué ahora Max? — Dijo acercándose a mí.

— Lo siento Megan, no lo podía decir antes, no me animé a decírtelo nunca—

— Eres un idiota, estuve enamorada de tí durante mucho tiempo y tú me tratabas como una extraña, no me hablabas, no me mirabas, ni siquiera me preguntabas como me sentía Max y ahora vienes y me decís que estás enamorado de mí, acaso pretendes jugar conmigo  —

Volvió el maldito nudo en mi garganta. Megan tenía razón en sus palabras, yo solo la trataba como una extraña por no afectar mi amistad con Jackson. Soy un idiota.

—  Nunca jugaría contigo Megan, eh tenido problemas y tú siempre estuviste para mí y yo no para tí, pero siempre te quise y contuve mis ganas de poder abrazarte y decirte que por favor nunca me dejes sólo que contigo me sentía feliz y cómodo, pero como lo eh dicho antes no me animé, nunca me eh animado ni siquiera a darte un abrazo. Lo siento, de verdad lo siento, soy un asco de persona solo tengo problemas y malos pensamientos no tengo nada para ofrocerte. Soy un fracazo.

De repente siento unas cálidas y suaves manos y mis mejillas levantándome.

— Con tan solo saber que me amas es más que suficiente para mí — 

Nos besamos... , sus labios eran suaves y lijeros encajaban perfectamente con los míos era el beso perfecto, de inmediato el nudo de mi garganta desapareció se sentía tan bien estar cerca de ella, coloqué mis manos sobre su cintura y la acerque más a mí  nuestros cuerpos quedaron pegados, su mano derecha en mi nuca y la otra en mi hombro. Cada vez que el beso era más intenso la apretaba más hacia mí.
 
De repente de escucho un golpe en la puerta.

JACKSON!!

Lágrimas de hielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora