Prologo

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— ¿Papá que está pasando? —dije pero este me cargo y salió corriendo, tenía unos 12 años, desde ese entonces, mi padre estaba agitado, tenía unos guantes en la mano, cambio de posición y me puso en los hombros, pude ver cómo había humo en la casa, en las ventanas salían rocas, se escuchaba una bulla afuera, estaba asustada y mi madre no la veía en ninguna parte.

—Busca a Mariel —dijo mi padre que pude oír lo que decía pero no pude ver a la persona que se lo decía.

Entramos a una habitación, y me sentó en la cama quede al frente de un espejo, mi piel era clara, pelo azul grisáceo largo y mis ojos azules como los de mi padre.

— ¿Padre que está pasando? y ¿Mi madre dónde está? —pregunte.

—Tranquila mi niña todo está bien —dijo eso agachándose a estar a mi altura, me toco la frente y me dio un beso, luego sonrió, se paró y fue a la puerta.

Yo quería saber que estaba pasando y fui a la gran ventada que estaba en la habitación, me asome y vi a varias gentes, extrañas, tenían uniforme negro, tenían máscaras, estaban tirando rocas y a la vez una tiraban antorchas, en esas una persona me vio; ese grito y las demás personas se acercaron. Pero sentí que alguien me agarraba la cintura y me ponía a la cama, era mi padre, comenzaron a tirar rocas por la ventana.

—Hija —dijo mi padre— todo va a estar bien —en eso se escucharon unos gritos y pasos hacia nosotros, él se paró y cerró la puerta y en el medio puso una silla y arrimo un armario pequeño para tapar el paso. Se acercó a mí y se agacho.

—Mi niña —dijo mi padre en susurro— lo siento, pero no quería meterte en esto... —decía, pero no entendía nada.

— ¿Que estás diciendo padre? —dije pero no hubo respuestas. Él se paró y en su pantalón saco una pistola, yo me asuste.

— ¿Que vas hacer padre? —pregunte asustada.

—Mi niña... tan solo ten presente en algo... solo confía en Sebastian... —en eso su pistola apunto la cabeza de él.

— ¡Papá para no hagas una locura! —él me miro estaba llorando— ¡Padre! —pero ya era tarde...

BANG

El cuerpo cayó al suelo, yo estaba horrorizada, salia sangre, la puerta sonaba cada vez más fuerte por los golpes, me tire al suelo y agarre el cuerpo de mi padre.

Era un sueño.... sé que es solo un sueño y voy a despertar de este horrible sueño.

Pero no, era la vida real, mis lágrimas no salían, quería llorar pero no salían, en eso escucho una voz.

Di... Te invoco Sebastian

Me quede asustada, mire alrededor pero no había nadie; en eso escucho que la puerta cae, me volteo y eran las personas de traje negro y con máscaras, en eso traían un cuerpo de una mujer, piel clara y pelo largo y negro.

Mi madre.

En eso un hombre me agarro y me dio varios golpes en mi cara, me tiraron varias veces al piso y luego me tiraron a la cama; veo como colocan el cuerpo de mi madre encima de mi padre, le echaron algo liquido por todo su cuerpo.

— ¡No... Por favor no lo hagan! —grite pero solo recibí una cachetada.

—Cállate niña malcriada —dijo el hombre, pude ver cómo le prendían candela a mis padres, mis lágrimas todavía no salían, en eso empuje al hombre y le di un golpe para que cayera fuera de la cama; mi camisa estaba desabotonada.

—Te invoco... Sebastian —dije, él hombre que empuje tenía un mal carácter y venia por mí, en eso escucho una voz.

Cierra los ojos.

Estaba temblando pero le hice caso, los cerré fuerte, podía oír el Crash de algo, varios golpes y gritos, otro Crash, y golpes. Después deje de escuchar todo eso pero no abrí mis ojos todavía.

—Ya puedes abrirlos —dijo una voz, no sé por qué pero los abrí, todo estaba limpio, las gentes que entraron no estaban ni los cuerpos de mis padres.

— ¿Quién eres? —dije, vi a un hombre alto de pelo negro largo y los ojos carmesí, tenía el traje de un mayordomo.

—Sebastian Michaelis, señorita —su mano derecha paso a su vientre y este se inclinó, lo mire todavía estaba asustada y estaba temblando. Mis ojos pasan al espejo que tenía al frente y veo una marca en mi frente, era una circulo y en ella tenía una estrella de cinco puntas, pase mi mano en ella, trate de quitármelo, pero no se podía caer parecía un tatuaje.

Me voltee donde estaba Sebastian.

— ¿Qué es esto? ¿Qué paso? ¿Mis padres dónde están? —pregunte.

—Lo que está en la frente es la marca de un trato con un demonio...

¿Demonios? pero que habla.

—Tu padre teníamos un trato pero no pudo cumplir y te lo paso a ti... Eras la primera...

— ¿Primera en qué? —le pregunte con voz seca.

—La primera mujer en tener este trato, eso te hace valiosa y tal vez heredera —dijo él

No podía hacer nada, mis padres estaban muertos y gracias a este me salvo.

— ¿Tu... eres un demonio? —pregunte. Él no dijo nada tan solo se sacó el guante de su mano izquierda y me mostró el mismo símbolo que tenía en la frente.

—Si —fue lo único que contesto y se colocó de nuevo el guante blanco.

— ¿Que are con esto? —Señale mi frente— digo... ¿las demás gentes lo pueden ver? —él negó.

—Solo lo tenemos que saber tu y yo —me indico que me sentara en la cama, lo hice un poco asustada y me senté rápido. Él se acercó y yo cerré mis ojos.

Ahora... ¿qué me va hacer?

Pero al no sentir nada los abrí, estaba tocando era mi cabello, puso un mechón al frente y la corto de un solo golpe, vi como caía los cabellos, pase mis manos y ahora tenía pollina. Me pare y este se inclinó por completo, sus rodilla derecha tocaba el suelo y la izquierda estaba arriba.

—Mr. Luisamar Phantomhive, seré su mayordomo —dijo Sebastian.

Primera Heredera {Kuroshitsuji}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora