El regalo

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<< 2 meses después>>

Desde la muerte de mis padres ya no tenía sentimientos, tan solo rabia y deseo de matar a las personas que mataron a mis padres.

Estaba en la mansión de los Phantomhive, en Londres; desde el accidente de mis padres Sebastian me llevo aquí, nadie me dijo nada de esta mansión prácticamente todo es nuevo aquí.

Su estudio estaba impecable, me senté en el asiento del escritorio, atrás de mi había una ventana grande podía ver el jardín.

Comencé a jurungar algunos de las gavetas para ver si conseguía algo para algunas pistas o respuestas; en eso en una gaveta había unos papeles lo saco y lo pongo en el escritorio y los comienzo a leer.

Escucho la puerta abrirse pero no dejo de seguir leyendo hasta que sentí que alguien ponía algo en el escritorio. Dejo a un lado el documento y veo una taza, subo mi vista y hay estaba, Sebastian.

—Mi joven amo, necesita tener algo en su estómago —dijo el demonio. Lo mire pero no dije nada y seguí leyendo. Me quede sorprendida a lo que estaba leyendo.

Prácticamente era dueña de una compañía.

— ¿Quién es Ciel Phantomhive? —le pregunte a Sebastian pero no contesto— ¡Hey! te estoy hablando ¿Quién es Ciel Phantomhive? y ¿Por qué tiene mi apellido? —dije parándome de la silla, Sebastian estaba viendo algunos libros del estante, se volteo y me miro.

—No lo sé, mi amo —dijo, algo en él no me convenció, me senté otra vez y seguí leyendo, la compañía, era productora de juguetes y dulces.

Interesante, pensé con sarcasmo.

Deje de leer ya que mi cabeza tenía un montón de pregunta sin respuestas; me pare y camine donde estaba Sebastian.

—Sebastian, necesito que me prometas tres cosas... —no dijo esperando a que terminara mi orden— la primera, me protegerás, la segunda, vas a seguir mis órdenes al pie de la letra y la tercera, no me mientas —dicho eso, él poso una sonrisa y se arrodillo.

—Si mi amo —fue lo que contesto.

—Ah... y otra cosa, busca a un cocinero, a un jardinero...

Ya que odio las figuras que están en el jardín...

—Y a una sirvienta —dicho este él se para— no importa su sexo, total que hagan su trabajo me basta.

—Si mi amo —dicho eso se fue. Yo suspire y me quite el sombrero que tenia, mi cabello ya no era largo, era corto me llegaban hasta las orejas y con mi pollina de lado, estoy disfrazada de hombre para no dejar sospechas y que la gente piense que los Phantomhive están muertos.

A veces me pongo a pensar...

¿Por qué razón mi padre oculto a Sebastian? o ¿Por qué me mintió? o ¿Por qué dicen que soy la primera heredera? pero ¿De qué?... ¿Quién es Ciel Phantomhive? ¿Por qué tiene mi apellido?...

Preguntas que jamás tendrán respuestas...

Salí del estudio y camine por la mansión, no la conocía mucho ya que estuve un mes sin salir de la habitación, estaba aterrada de haber hablado con normalidad con un demonio, era como si lo fuera conocido desde hace tiempo pero en ningún momento había visto a Sebastian.

Caminaba y pensaba a la vez hasta que algo me llamo la atención y deje mis pensamientos a un lado, era un cuadro, estaba un hombre y en sus brazos cargaba un bebe, el hombre tenía un parche en su ojo derecho, su pelo no se identificaba bien ya que el cuadro estaba sucio y viejo, baje mi mirada y tenía el nombre de la persona que hizo el cuadro y tenía el nombre la persona que estaba posando.

—Ciel Phantomhive —murmure, esto no podía ser cierto, quería ver al niño que cargaba en su brazos pero no se distinguía bien, en eso escucho un aullido, doy un brinco.

— ¿Que está pasando? —susurre, estaba sola en la casa, camine donde el sonido salía, me llevo al jardín, salgo y hay veo a una mujer, estaba desnuda, su cabello era largo y tapaba sus cosas íntimas, también tenía un collar con una cadena, sus ojos era de un dorado y su cabello de un plateado, su piel era pálida, más allá estaba una mujer de pelo blanco azulado, los ojos de un purpura.

— ¿Quién eres? —digo.

—Joven, este es un regalo de los Barrymore —dijo la chica.

—Yo no quiero regalos de nadie... —pero en eso la chica ya no estaba, tan solo quedaba la mujer desnuda; mire la mujer y ella me miro a mi.

—Esto debe ser una broma —dije, parecía una perra, se acurruco en el césped y quedo dormida.

Sebastian entro al estudio y me dejo unas cartas que estaba en la entrada, una me llamo la atención y lo abrí.

—La reina Victoria me quiere conocer —dije.

—La persona que está en el patio...

—Es un regalo —lo interrumpí— pídele algunos de las personas que se encargue de ella —dije, en eso abrí otra carta, estaba firmada por Henry Barrymore.

<<Joven espero que le allá gustado el regalo de bienvenida, espero conocerlo un día en persona, déjeme decirle que fui muy amigo de Ciel Phatomhive...>>

Henry Barrymore.

Mi vida no puede tener más misterio...

Primera Heredera {Kuroshitsuji}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora