𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷

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Era un día tranquilo en la ciudad de Los Santos, una alarma sonaba indicando el inicio de un nuevo día.
Horacio se levantó para apagar el estruendoso sonido que lo había sacado de sus sueños, verificando la hora, no eran más de las 6:30. Decidido, se levantó y tomó rumbo hacia la habitación de su hermano, Gustabo quién seguía durmiendo, una simple alarma no lo despertaría.

H: Gustabo- llamaba con voz cansada- Que ya es tarde, si no queremos que papu nos de con la porra, más te vale que te levantes ya.

Con toda la flojera del mundo, el rubio dignó a levantarse, vistiéndose con su característico pantalón con estampado militar, una camiseta blanco y la infaltable chaqueta color rojo, mientras tanto, veía como su compañero se dirigía a su habitación para hacer lo mismo, este se había puesto una chaqueta blanca sobre una camiseta color negro y unos pantalones formales del mismo color, todo para que su cresta de un tono morado resaltara sobre su outfit.

G: me cago en la puta, siempre es lo mismo, que si llegamos tarde, que si no hicimos el papeleo, que si esto, que si lo otro.

Grande fue su sorpresa al darse cuenta que había sido escuchado por Horacio.

H: si, si, te quejas, pero luego bien que te gusta estar con el super, eh?- todo lo que decía lo iba gritando- ya deja de quejarte, que voy a hacer el desayuno, a menos que quieras comer en comisaría.

G: me da igual Horacio, mejor vamos al trabajo de una vez, que le den por culo al desayuno.

Dicho esto, Gustabo salió de la habitación para encontrar a Horacio con un puchero en la cara, todo porque tenía hambre.

H: vale Gustabo, pero como me de algo por no comer, serás el primero en ser culpado por mí mismo, oíste?- quería verse como alguien chungo, pero es Horacio, está chiquito, nunca se le va a ir bien eso de verse como alguien malo.

G: vale, si, lo que tu digas- realmente parecía cabreado, tanto estrés del trabajo según él, pero ¿Cómo está tan seguro de que es solo eso?

Ambos alumnos, salieron de aquel pequeño apartamento, uno más feliz que el otro, subieron a su Audi color amarillo, y marcando el GPS, tomaron rumbo a comisaría. Al llegar, aparcaron mal, como solían hacer, y bajaron del coche yendo hacía la gran puerta de cristal que adornaba la entrada al lugar donde trabajaban todos los días.

Apenas entrar, se encontraron un lugar vacío, a excepción de el comisario Viktor Volkov y el comisario Greco Rodríguez, quienes estaban hablando con el superintendente Jack Conway, los tres parecían estar muy concentrados en lo que sea que estuvieron haciendo, pero con Gustabo y Horacio cerca... digamos que esa tranquilidad no duraría mucho.

H: buenos días aquí llegó el héroe- fue lo primero que gritó al entrar a comisaría, se notaba a Gustabo aguantando la risa, ocultando la mitad de su cara dentro del cuello de su camiseta.

G: pero vamos a ver Horacio, como vas a entrar gritando así, ¿no ves que le puede dar un chamacuco al super y te lo cargas?- el rubio solo reía, contagiando su risa al comisario Greco, Volkov solo miraba a Horacio con su característica mirada fría y seria, mientras que Conway solo se dignaba a sacar su porra para amenazar al pobre de Gustabo.

C: ¿Cómo coño me has llamado? ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me llames así? ¡Anormal!, es que eso es lo que eres un anormal, un capullo- todo lo decía mientras perseguía a Gustabo por toda la comisaría, el más pequeño solo se reía y trataba de huir para no ser golpeado por su superior, recién comenzaban su jornada laboral y ya estaba en problemas.- bien Gustabin- dijo el super mientras lo sostenía del cuello de su camisa, lo había atrapado, era predecible, nadie podía escapar del mismísimo Jack Conway- ve a ponerte el puto uniforme si no quieres que te degrade capullo- le soltó la camiseta, se acomodó el traje y se dirigió a la armería.

La Apuesta[Intenabo] (cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora