𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟺

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Habían pasado un par de días desde que Gustabo se había maldecido de haber aceptado ese reto.

¿El por qué?

Toda su cabeza era un lío, su mente le hacía malas jugadas, no podía concentrarse en cada cosa que hacía, eso estaba perjudicando sus labores, cada código 1 en el que Gustabo conducía, terminaba mal, cada código 3 al que asistía, era el primero en ser abatido.

Toda esa semana había sido un infierno para él, lo peor de todo es que la culpa lo carcomía, el haber dejado así de decepcionado a Conway, lo hacía sentir mal, pero ¿Por qué? Fue una maldita apuesta.

Joder, la respuesta era clara, es beso, ese sentimiento que provocó en Gustabo, era algo que a él realmente no le gustaba, ¿Por qué había correspondido al beso, cuando simplemente podía separarse o haber parado a penas había logrado su cometido? ¿Quería más de Conway? ¿Enserio le había gustado todo aquello?

Tampoco es que tuviera la manera de resolverlo, desde aquel día, Conway lo había ignorado completamente, cuando el asistía a un código 1, el superintendente negaba a ir, cuando se cruzaban en los vestidores, él se dirigía al agujero de gusano, no dejaba de evitarlo.

Por lado de Conway, se cuestionaba el porqué del beso, se preguntaba que había pasado por su cabeza cuando dijo "Coño, ¿Y si lo beso?, tal vez así aprenda a no pasar de listo con sus bromitas de mierda."

Se maldecía a él mismo una y otra vez, joder era un imbécil al creer que eso arreglaría algo.

Era viernes, los dos alumnos entraban por la parte trasera de comisaría, habían tenido una persecución que terminó en tiroteo, como era de esperarse, Gustabo fue el más afectado perdiendo todo el chaleco, pero gracias a Horacio, abatió a los conductores.

H: Vale, yo iré procesando a este para meterlo a la celda, tú ve por un nuevo chaleco y volvemos a patrullar.

G:10-4

El rubio tomó rumbo a los vestidores y entró, dándose con la sorpresa de que Conway estaba ahí, estaba acomodándose la camisa, parecía haber entrado en servicio hace poco, pues no llevaba las armas reglamentarias encima.

Al verlo delante de él, empezó a observarlo, ver cada una de las facciones de su cuerpo, ese traje le quedaba demasiado bien. Notó el sonrojo en su mejillas, Gustabo estaba nervioso y al mismo tiempo empezaba a unir piezas. El porqué de sus pensamientos de cada día tenían más sentido... 

Se había enamorado del superintendente Jack Conway.

Salió corriendo de los vestidores... a la mierda el chaleco. Conway al escuchar un portazo tras él volteó a ver que sucedía, sin embargo, ya no había nada. 

El rubio bajó rápidamente a las celdas donde se encontraba Horacio metiendo al criminal en la tercera celda.

H: Joder Gustabo al fin llegas, ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás tan agitado?- se notaba preocupación en sus palabras.

G: No nada, no te preocupes solo que bajé rápido eso es todo.- como siempre... había mentido.

H: Vale, ahora que ya tienes el chaleco, sigamos patrullando.

Gustabo sintió como su piel se helaba, joder se había olvidado del puto chaleco de mierda.

G: En realidad no llegué a ponérmelo.

H: ¿Entonces a que mierda fuiste Gustabo?

G: Yo... este... 

H: Déjame adivinar... ¿Es que está el niño ese allá arriba?

La Apuesta[Intenabo] (cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora