"The Dark World" [Undertale/Deltarune]

Prólogo - "Caída al vacío"

Jamás pensó que su amabilidad le traería demasiadas dificultades, y por estas se refiere a lo atareado que estaría por unas horas, al regresar al pueblo mientras charlaba con todos los habitantes, como antes lo hacía, terminó por aceptar ayudarles en sus labores.

Y como siempre, no pudo decir que sí. (Es Asriel, por favor).

Al igual que a su madre, que tenía que hacer algunas cosas el día de hoy como para cuidar a Chara y Frisk, por lo que también asumió la responsabilidad de encargarse de las dos menores.

Quienes en realidad se aburrirían de acompañarle en sus quehaceres, por lo que estaba en un dilema sobre qué hacer.

Lo estaba, hace unos minutos, porque su vista se fijó en Kris, quien parecía querer salir a hurtadillas de la casa como si supiera el favor que le iba a pedir.

Que gran hermano.

– Kris – le atrapó justo en el acto, observando como este dudo un momento.

Su plan de escape había fallado. – Maldición – susurró por lo bajo, antes de voltearse a ver a su hermano. – Dime Asriel – sí, estaba feliz por su regreso pero ya temía que este también le incluya en sus labores en las que se ofreció voluntariamente.

En realidad, ya tenía planes para ir al Dark World.

Entonces el universitario hizo ojos de cachorro, oh no. – ¿Podrías llevarte a Chara y Frisk contigo? – suplicó, si se le podría decir así.

¿Siquiera tenía la opción de negarse?

Discretamente vio hacia las opciones que tenía, y todos tenían la palabra "sí" o "por supuesto". Maldijo nuevamente su suerte.

Asintió. – Por supuesto – respondió neutralmente, temiendo en el fondo que algo saliera mal.

Liberó aire de sus pulmones, sintiéndose más tranquilo. – Prometo pasar todo el día de mañana con ustedes, ellas se encuentran en su habitación – informó, regresando hacia la propia habitación que comparte con Kris.

– ¿Cómo sabías que iba a salir y no solo escapaba para alejarme de tu lista de responsabilidades? – preguntó viendo a su hermano alejarse.

Sonrió con cariño al menor. – Mamá me comentó que últimamente sales mucho con amigos, así que supuse que irías con ellos – se giró nuevamente con dirección al dormitorio. – Algún día tienes que presentármelos.

Entonces la voz de una pequeña llamó la atención de los dos. – ¡Kris! – corrió, abrazando la pierna de este. Tenía una piel bronceada como el mencionado, y sus ojos eran rasgados.

– ¿Qué? ¿Asriel no estará hoy día conmigo? – apareció por detrás del Silliel, una castaña con unas mejillas rojas muy notorias debido a su tono de piel bastante claro. – Azyy, no es justo, acabas de regresar – se quejó, tomando la mano de este.

El ya mencionado volteó a ver al humano, quien desvió la mirada inocentemente hacia otro lado. Dándole a entender, que no le incumba en ese asunto.

Acarició la cabeza de la pequeña con cariño. – Solo será por el día hoy, mañana pasaremos todo el día juntos, ¿está bien?

– Eso sonó extraño – comentó vagamente Kris.

Asriel volteó a ver al chico, para luego ver a la niña humana de piel bronceada asintió ante aquello. Finalmente a Chara, quien parecía algo avergonzada.

Sonrió devuelta a su hermano. – Kris, ¿qué te parecería traer a tus amigos el día de mañana para poder conocerlos? – contraataco.

Frisk miró hacia el humano confundida. – ¿Los amigos de Kris?

Y parecía ser que la otra menor quería comentar algo así como: "¿Kris siquiera tiene amigos?"

Pero volviendo al humano, este negó rápidamente algo que fue captado por el mayor en la habitación. – ¿Pasa algo Kris? – este volvió a negar.

– Les preguntaré – se corrigió, aunque en realidad no quería hacerlo.

Y no lo haría, si es que Chara y Frisk ya no hubieran escuchado. Estaba seguro que de alguna u otra forma estas se le recordarían, o sino comentarían a Asriel que no lo hizo.

– Bueno, supongo que ya deberías estar saliendo – comentó Asriel, retomando su camino. – Compórtense bien chicas.

La niña de tono bronceado afirmó con la cabeza mientras la otra sonrió con felicidad. – No lo prometemos – confesó, retirándose junto a los otros dos humanos.

*

*

*

El humano caminaba por las calles, con las niñas tomando una de sus manos y de paso saludando a los demás monstruos durante el camino.

– Y Kris, ¿dónde encontrarás a tus amigos? – preguntó Frisk, interrumpiendo el silencio que rápidamente fue reanudado debido al mencionado. – ¿Kris?

Una sonrisa burlona se posó sobre Chara. – ¿Por qué tan callado?

"Estoy segura que no tiene ningún amigo" pensó la de mejillas sonrosadas, mientras tomaba en cuenta el camino que seguían. Cada vez estaban bajando más la montaña.

Hasta que se detuvieron, las dos miraron el lugar en el que estaban ahora.

Ambas estaban igual de confundidas. – ¿La escuela? ¿Por qué estamos en la escuela? – cuestionó Chara, ya que la otra humana había decido callar y esperar que pasaba a continuación.

Avanzaron un rato por el pasillo hasta llegar hacia el armario.

– Raritos – susurró por lo bajo la de suéter verde. Entonces vio a Kris abrir la puerta. – ¡¿Estamos entrando ahí?! – vio al chico asentir. – ¿Con qué tipos de amigos te vas a encontrar?

Ignoró el comentario, de todas formas Susie ya se había adelantado para ver al resto de la pandilla. – Será mejor que se suban a mi espalda.

Calculó un aproximado a la habitación, posiblemente chocarían contra el techo si no hubiera sido diseñado para el tamaño de los monstruos. – ¿Estás de broma? – Aunque eso no quitaba la extraña petición.

La de suéter azul obedeció, por algo razón supo que era lo mejor y más seguro. La otra pequeña solo se resignó a seguir tomada de la mano de su hermano.

Siguieron caminando, todo el lugar era tan oscuro como para distinguir algo. – Y bien, ¿se supone que los esperas aquí o qué? – sí, Chara era la única que hablaba.

Entonces vino la caída, el piso desapareció como si se rompiera en miles de pedazos o como si nunca hubiera estado ahí. Las dos niñas no pudieron evitar gritar.