CAPITULO 1

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Wei Wuxian aún recuerda como conoció a Lan Wangji.

Era una tarde calorosa, justo ese día Wei Wuxian había huido de su casa. Se había peleado con Madam Yu, y está en un arranqué de furia le gritó fuerte y claro.

¡Tus padres han muerto y aún así no consigues madurar"

Wei Wuxian tenía ocho años cuando Madam Yu le gritó eso. Y a Wei Wuxian se le partió el corazón, y huyó. Pudo escuchar como sus "hermanos" gritaban su nombre, aún así, no les hizo caso. 

Y siguió corriendo.

A pesar de solo tener ocho años, entendía a Madam Yu. No la juzgaba ni la odiaba. Entendía el hecho de que el no llegó en el mejor momento, el matrimonio de los Jiang estaba pasando por dificultades y Wei Wuxian se volvió una más.

Wei Wuxian sabía que sus padres estaban muertos y que debía ser fuerte y madurar.

Pero Wei Wuxian solo tenía ocho años, y aunque sabía que sus padres no volvería él seguía teniendo esperanza. Se metía en problemas con la esperanza de que su madre o padre le regañaran, aunque fuera en sueños. No importaba si le golpeaba incluso, el solo deseaba verlos.

Pero eso no sucedería, su madre y su padre habían muerto.

No volverían. Él ya no podría verlos. Ellos estaban en el cielo, junto a millones de aves.

Wei Wuxian detuvo sus pasos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, su pecho empezó a dolerle, sentía unas inmensas ganas de gritar. Quería llorar hasta que su corazón dejara de doler.

Deseaba que su madre le abrazara y le consolara. Que su padre le dijera que todo estaría bien, que él los protegería siempre.

Wei Wuxian callo de rodillas. No era fácil nada de esto...

Realmente era tan difícil...

— ¿Estás bien?

Entonces Wei Wuxian escucho una voz, era suave, delicada y mostraba preocupación. Dejo de mirar el suelo y poso su vista en  aquel chico.

Sus miradas conectaron. Wei Wuxian se sintió avergonzado.
¿Que estaba haciendo? Se supone que debía ser fuerte y ahora, estaba llorando, cómo un bebé.

Wei Wuxian tallo sus ojos y asintió. — Estoy bien, solo resbalé y caí.

— ¿Aún duele?— Pregunto el niño, sus ojos dorados observaban a Wei Wuxian con preocupación. Ofreció sus mano para ayudarlo y Wei Wuxian no tardó en tomarla.

— No, no duele. Además no soy un bebé para llorar por eso.

El niño lo observó durante unos segundos, después de pensarlo y considerarlo, habló.

— Está bien... Llorar. Eso está bien.

Wei Wuxian sintió nuevamente el dolor en su pecho. ¿Llorar estaba bien? ¿Realmente tenía permitido llorar? ¿Estaba bien, ser débil?

— Llorar... Es de débiles. — Susurro Wei Wuxian.

— Lo es.— Afirmó el de ojos dorados.— Pero, también es lo que hace fuerte a alguien.

Wei Wuxian lo observó. Y entonces sonrió. No era esa sonrisa que tenía antes de la muertes de sus padres. Era una triste, llena de dolor, de nostalgia. Las palabras que ese niño de ojos dorados acababa de  mencionar, eran las misma que una vez su madre le dijo. Eso había sucedido cuando su gato murió, él se sentía triste y se negaba a llorar. Pero su madre le abrazo y Susurro esas palabras.

{Amor, Tiempo y Sonrisa Del Emperador} WANGXIAN ♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora