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Mierda.

ChangBin apretaba las sábanas de su cama con fuerza.

Probablemente todos en la casa podrían sentir el aumento en el olor de Felix y eso sólo los haría tener una actitud más pacífica.

Pero no él.

A él este aroma lo torturaba, más de lo que hacía normalmente, porque era el olor a su compañero el que se filtraba por todas las habitaciones y lo hacían ponerse tan duro que podría usar su pene de martillo.

El observaba, evaluaba, admiraba y adoraba a Félix todos los días sabiendo que él jamás lo reconocería como su compañero.

-Mierda- Apretó su polla una vez más antes de finalmente correrse.

El aroma y su vivida imaginación lo tenían sufriendo por su compañero.

Sabía que los omegas no tenían olfato para los compañeros y él debería ser el encargado de hacerle saber pero simplemente no tenía las agallas de ir donde el dulce Felix y arruinar su vida con la noticia de que el inútil Seo ChangBin es su destinado.

En ese mismo momento recibió un texto, era del consejo, debía ir a inscribir a Hyunjin como su segundo al mando y a Jeongin como su pareja ante el consejo antes de la fecha límite anual para eso.

Maditos políticos paranormales.

De todas formas aceptó rápido, no podría soportar otro día más con Felix oliendo a seducción en un cuarto contuguo.

Como sea, serían sólo horas de salvación porque no dejaría la casa una noche sola sin ninguno de los hombres que podían protegerla.

Sin querer salir de su cuarto le envío un mensaje de voz a Hyunjin para que se prepare para el día siguiente y le dé tiempo de hablar con Jeongin.

Jeongin era un compañero muy comprensivo, apoyaba siempre a Hyunjin, le daba ánimos, aceptaba que tuviera que estar lejos.

¿Sería Felix un buen compañero? Por supuesto que su bebé sería un buen aliado y- alto- ¿Su bebé? Changbin ya estaba adueñandose del chico. En todo caso, soñar es gratis.

Y vaya que soñaba con Felix.

Recordaba el día que por primera vez lo tuvo tan cerca que pudo apreciar las dulces pecas en sus rostro. Parecía que el sol había decidido otorgarle sus destellos a Felix poniendolos en pequeños puntos sobre sus mejillas apretables.

Su cuerpo también era algo bello de apreciar, se movía con delicadeza pero con seguridad, sabía lo que hacía. Era alto y delgado, más que ChangBin, pero según las mismas palabras de Felix "No podría matar ni a una mosca atontada" y para eso estaba Seo ChangBin, para apoyarlo a pelear sus batallas.

Mierda, ya había caído en las garras de destino.

Simplemente no sabía cómo decirlo, como afrontarlo. El había sido un pesado de mierda por más tiempo del que logra recordar y era raro querer ser cariñoso con alguien.

Pero una sonrisa de Felix, una dulce risa aguda tan diferente a su voz grave lo hacían querer meter al chico a una burbuja y morder a cualquiera que piense que puede acercarse.

Se puso de pie en un intento de olvidar, de ignorar el aroma en el aire, y alistó su ropa para el día siguiente.

Tambien sus documentos, llaves, bolso, teléfono cargado y todas esas cosas que necesitas para cuando estas lejos de casa.

Lejos de Felix.

Su lobo se removió incómodo en lo profundo de su ser, molesto, enojado con su lado humano por dejar a Felix fuera de su campo de visión.

Estaba tan jodido.

Durmió envuelto en el aroma dulce de su compañero y despertó témpano con aquel aroma ahora más suave.

Felix probablemente se estaba sanado del celo, porque era más que obvio que eso tenía, y sólo esperaba que los síntomas de alejamiento tardaran en aparecer hasta cuando a él se le ocurra algo decente.

-¿Ya nos vamos?- Hyunjin apareció en la cocina ya listo para partir.

-Así es ¿Te despediste de Jeongin? - Curioseo.

-Si, entendió perfectamente, él sabe como funcionan las cosas- De todas formas su hermanito tenía en su billetera una foto de su amor y una del ultrasonido más reciente del bebé.

Incluso Changbin tenía una, no lo culpen por amar demasiado a su sobrino o sobriba.

Se despidieron de la señora Xiao y del señor Park, el pequeño MinKi aún dormía en su cuarto por lo que sólo le dejaron los saludos con su tía.

-Espero no nos topemos con los duendes de la olla con oro- ChangBin reclamó durante el viaje.

-Te encuentro toda la razón, esa gente es un poco demasiado alegre para mi gusto. Y eso que estoy emparejado a Jeongin- Su hermano bromeó, de hecho fueron todo el camino haciendo chistes aburridos y chismoseando sobre los fairy que tan poco les gustaban a cualquiera de los dos.

La reunión una vez más fue tan aburrida como cualquier otra, inscribió a Hyunjin como beta y Jeongin como su compañero en la libreta de su manada, investigó cuán lejos estaba el mejor hospital o clínica que recibiera cambiaformas para llevar a su cuñado ahí a tener al bebé y al final ChangBin no podía esperar a ir a casa para chequear a Felix. Hyunjin le dijo que también ya quería volver y estar recostado tranquilamente con Jeongin y su bebé niño, porque ya habían sabido lo que era, durante toda la tarde.

Era bastante malo no poder teletransportarse como los vampiros hacían, sería una mierda mucho más fácil para llegar a cualquier parte pero tristemente debían conformarse con usar sus autos.

En algún punto Hyunjin se durmió, seguía siendo un mocoso, y ChangBin no entendía como es que este pequeño revoltoso ya era un hombre emparejado y esperando a su hijo.

¿Llegaría alguna vez ChangBin a emparejarse con su compañero? Debía hacerlo o ambos lo pasarían mal y de ser así ¿Querría Felix tener cachorros? Él por muy amargado y molesto que sea siempre tuvo debilidad por los pequeños lobitos, sin embargo su chico ya había cuidado tantos bebés en su vida que no le sorprendería si no quería tener nada que ver con uno suyo permanente.

ChangBin podría vivir sin hijos y solo disfrutar de sus sobrinos, pero no podría dejar a su dulce y pecoso compañero.

Solo debía pensar una forma de confesarlo.

Jardín De Rosas {ChangLix} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora