CAPITULO 1.-Primer día de clases

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Zayn cruzaba las puertas de su instituto nuevo, aquí iba a cursar el segundo de bachillerato. Ya que a su padre lo habían trasladado a Wolverhampton por su trabajo. Él tenía diecisiete años recién cumplidos, de pelo oscuro, su piel era excesivamente blanquecina, aunque se lograba apreciar un poco que su color era moreno, ojos de un intenso color avellana acompañados de largas y tupidas pestañas, un cuerpo demasiado delgado, medía 1.75 metros aunque parecía más bajo, porque se encorvaba un poco al andar. Llevaba unas gafas muy anticuadas, y vestía ropa oscura, lo que todavía acentuaba más su extrema palidez.

Y ahí estaba, sentado en el despacho del director, escuchando una charla de las normas civiles y sociales que debía seguir. No era habitual que el director se reuniera con cada alumno nuevo, pero debido a que lo hacía en mitad del curso escolar tuvo que estar durante media hora asintiendo a cada explicación del hombre.

Salí del despacho del director cargando en mis brazos los nuevos horarios de las clases, un plano del centro y mi mochila al hombro. Como había tardado mucho con el director ya no me dio tiempo de ir a mi casillero asignado, así que plano en mano, me dirigí a la primera clase, Historia.

Liam se encontraba en su aburrida clase de historia, hasta ahorita no comprendía porque los maestros seguían hablando del pasado, la historia era inútil y aburrida, él podría estar en estos momentos en el campo jugando futbol y no sentado aburrido en el salón. Lo único bueno era que le tocaba clases con algunos chicos del equipo, incluido su gran amigo Niall, sino fuera por eso ya se hubiera escapado de clases. En ese momento el maestro estaba hablando de Napoleón Bonaparte, cuando se escuchó un pequeño golpe en la puerta, el Sr. Smith dio permiso a la persona que llamaba a la puerta que entrará, al abrirse la puerta entro un chico, con paso vacilante y tímido, mirando al suelo, su la piel era muy blanca, casi traslucida, con unos lentes muy feos que eran más grande que su cara, y vestido con pantalones y camisa negras.

—Disculpe profesor, perdón por llegar tarde me entretuvo el director con las normas de la escuela, soy Zayn Malik—dijo el chico.

—Adelante Malik entra y toma asiento, y recuerda sino llegas temprano a mi clases no entras, solo por hoy te lo pasó, porque sé que al Sr. Coleman le gusta hablar mucho—dijo el profesor.

Mientras el chico buscaba un lugar donde sentarse, Liam se volteó hacia sus amigos y le empezó a hacer señas del chico y entre risas les dijo que por su aspecto debía de venir de otro planeta. Los demás chicos de su grupo se rieron entre sí, y le empezaron a buscar un apodo al chico nuevo, “el Ovni”, “el cuatro ojos”, “el fantasma”, mientras decían nombres se reían más y más.

—El Vampiro—dice Liam—por la ropa oscura y su piel blanca—los demás chicos se ríen tanto que hace que el maestro se voltee hacia ellos y los saque de clases.

Mientras tanto Zayn se sentó en la segunda fila donde había un asiento vacío y comenzó a observar a sus compañeros. Observar, sí. Esa era la mejor virtud que poseía Zayn. Comenzó a separar en grupos a los estudiantes. Estaba el típico grupillo de los estudiosos, sentados al principio de la clase con sus libros ya abiertos con la lección del día. Al final del salón se encontraban los deportistas con sus aires de superioridad de “a nosotros no nos toca nadie”, los cuales lo escrutaban como si fueran a diseccionarlo al igual que en una clase de Ciencias. Y escuchaba que hablaban de él, no oía que decían pero cada vez se reinan más y más fuerte, Zayn al sentirse observado por ese grupo, bajaba más y más la cabeza hasta ocultarla entre su chamarra, queriendo desaparecer en ese instante. Los chicos en un momento se rieron tanto que el profesor los saco de clases, Zayn no alcanzó a ver bien a los chicos, solo que eran cuatro, dos castaños, un rubio y uno de cabello oscuro.

La siguiente media hora se desarrolla con normalidad, y se escucha la campana finalizando la clase y dando paso al receso. Zayn no había entablado conversación con nadie, con lo que cogió su plano del instituto y, soló, se dirigió a la cafetería para desayunar. Compró un café junto con un bocadillo y se sentó en una de las mesas vacías al fondo del comedor.

Una risita juguetona de mujer le hizo levantar la mirada de su desayuno. Justo al lado de la puerta de la cafetería se encontraba una chica de pelo largo, rizado y castaño, con los labios pintados de un color rosa suave y unas largas pestañas. La muchacha volvió a reír, pero esta vez de una forma más sensual, acompañando aquella risa con una caricia de su mano sobre el pecho de un muchacho. Zayn siguió el movimiento recreándose en aquel torso, e instintivamente fijó su mirada en el chico.

«Joooderrrr…». Ese fue el único pensamiento que llenó su mente. Aquel chico, de ojos grandes y castaños, alto, con un cuerpo musculoso, con una chaqueta negra de cuero que acentuaba el tono claro de su piel, y la sonrisa…, aquella sonrisa, la más bonita que Zayn había visto en toda su vida. Masticó el bocado que había dado a su bocadillo lentamente, mirando casi embobado al chico, con esa mirada profunda que se caracterizaba en Zayn cuando su mejor virtud se ponía en funcionamiento: observación.

La chica agarró del cuello al muchacho y acercó sus labios al oído:—No mires ahora, Liam, pero el chico sentado en una de las mesas al fondo—La muchacha le acarició la nuca sensualmente y prosiguió—nos está mirando—continuo, mientras le lamía suavemente el lóbulo de la oreja.

El ronco gemido que el muchacho emitió no le fue indiferente a Zayn, que casi se atraganta con el último sorbo de su café. Podía hacerse una clara idea de lo que la chica estaría haciendo oculta tras la curva de ese cuello sinuoso. Una nítida vena palpitaba en él, haciendo su recorrido desde la garganta hasta ocultarse bajo aquella chaqueta negra. En ese mismo momento, los ojos castaños desviaron la mirada de la cabellera de la chica y fueron a posarse justo sobre los avellanas profundos de Zayn. Ninguno apartó la mirada, ninguno mostró más que un semblante recto, mirando…, observando…, escrutando.

Y allí lo vio Zayn. Sintiendo cómo el último trago de su café se deslizaba a través de su garganta, aquellos grandes ojos castaños le decían que estaba ante uno de los tíos más salvajes y duros del instituto, y que probablemente sería él quien manejara los hilos en aquel lugar.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2015 ⏰

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Los días felices-(Adaptación)-ZIAM/PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora