-1977-

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Armando era un joven sastre que regresaba del cuartel, después de 6 largos meses que paso en las diferentes actividades y palizas de ese agradable lugar. 
La inseguridad en su pueblo había aumentado y los asaltos en los buses interprovinciales eran el pan de cada día.
El sol resplandecía en el horizonte, la madrugada empezaba a aclararse, el cielo parecía tener una nueva esperanza, el hijo de armando había nacido, había que admitir que el hombre tenia su gracia, era fornido, una nariz no muy bonita, una voz seductora y un carácter templado y decidido.
Mientras el iba de regreso a casa, cargaba con su mochilita llena de sus pertenencias, en eso se suben unos civiles de forma extraña, daban pistas de que podían ser asaltantes, y el miedo se apodero del ambiente, entonces armando en un intento sutil de esconder sus cosas se agacha para meter su mochila debajo de la silla del dichoso bus y cuando levanto la cabeza era uno de los hombres apuntándole con un arma...
-No te muevan o te pego un tiro-, dijo el hombre con voz de autoridad.
-Pon las manos donde las pueda ver-, añadió mientras se acercaba.
 El hombre y su acompañante habían resultado ser policías vestidos de civiles en una operación en cubierto, procedieron a llevárselo al Armando mientras lo maltrataban le decían:
-Tu eres el pez gordo de la banda que asalta los buses, ahora si pagaste pillo.- mientras lo esposaban y lo metían a la patrulla. 

Realmente era una confusión, Armando regresaba del cuartel y lo reciben así en su pueblo, esto lo hizo enojar mucho y comenzaba a maquinar en su mente:
*Si me fichas te mato* 
*Te juro que si me fichas te busco y te mato*
*Quien será el jefe de esa dichosa banda y me vienen a agarrar a mi*
*Me haces fichar mi récord policial y te mato* 
Pero lo que realmente les decía: 
-Jefe yo no soy quien cree que soy, recién regreso del cuartel, yo no he robado en mi vida, me esta confundiendo, se los juro. 

Cuando llegaron al lugar donde estaban otros apresados, los verdaderos integrantes de la banda lo vieron extrañados, nunca lo habían visto a Armando. 
Por un acto de solidaridad le dijeron agente: 
-Ñaño, ¿Quién es este pana?
-El no es ni chicha ni limonada de la banda, nunca lo hemos visto en la vida. 
-Si lo fichan le hacen mal a un inocente, al pana se lo ve que es sano. 
Mientras que Armando le decía al agente dejándose ayudar:
-Jefe, tengo un hijo, que me espera en casa con mi mujer, y les llevo el dinero que necesitamos para vivir.

Cuando revisaron las pertenencia de Armando, no encontraron armas, ni nada sospechoso, su carnet de identidad y las fotos de su mujer embarazada y el.
-Déjenlo ir, a este pana lo confundieron- dijo el Agente mientras fruncía el ceño, llevo su mano derecha a la nuca, lo quedo mirando y le dijo,-Ándate, antes que me arrepienta-.
Armando salió como alma que lleva al diablo, el que nada debe nada teme, agarro sus pertenencias y entre feliz y enojado se fue de la comisaria, agarro el bus que lo llevaba a casa y al llegar abrazo a su mujer y cargo a su hijo, pero mientras lo hacia le contaba a su esposa lo que le había ocurrido y sentía el dolor de los golpes recibidos por parte de los policías en cubierto mientras se lo llevaban, golpes que le habían dado a un inocente. 



Si fueras Armando, ¿Qué hubieras hecho?

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⏰ Última actualización: Aug 03, 2020 ⏰

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