I Love You | To Aru | One Shots

IV. Escapemos

—¡Escápate conmigo! 

Shokuhou parpadeó un par de veces, intentando procesar aquella icónica frase. 

—¿Acaso estás ebria? 

—¿Qué? No, claro que no. 

—¡Entonces no entiendo como se te ocurrió tal estupidez, Misaka! —la castaña bufó. 

—¿Y me vas a decir que comprometerte con un desconocido no es estúpido? —Misaki desvío la mirada un momento. 

Estaba claro que la situación en la que la rubia se encontraba era un tanto estúpida, sin embargo, en su defensa ella podía mencionar que nada de esto había sido su idea, al contrario. 

—No voy a negar que todo esto es realmente una estupidez, pero no hay nada que pueda hacer.

La rubia levanto la mirada, provocando que sus hermosos ojos estrellados chocaran por completo contra aquellos ojos electrizantes que la miraban con un brillo de impotencia.

—Permíteme salvarte de esto, nadie puede obligarte a nada, ya no —Misaki desvió la mirada.

—Sabes que debo hacerlo, no puedo simplemente desaparecer y dejar todo así.

—¿Alguna de las personas que están ahí merecen saber si desapareces? —Misaka dudo —a nadie le importo tu felicidad, nadie pregunto si tu querías esto.

—A ti te importo... —la castaña se detuvo un momento.

Era cierto, cuando la noticia del compromiso llego a sus oídos, lo primero que hizo fue correr en busca de la rubia. Recorrer los dormitorios después del toque de queda, en una noche con lluvia, no era lo mejor. Aun así ella necesitaba escuchar esa noticia de los labios de la otra chica, sin embargo, cuando la noticia le fue confirmada su mundo se vino abajo.

Estuvo durante mucho tiempo pensando en diferentes formas de evitar ese compromiso, a pesar de las negativas de la rubia. "No hay otra solución" esa siempre fue la respuesta de Misaki ante todas las ideas de la castaña.

—Misaka... —la castaña alzo la vista ¿Por cuánto tiempo se había perdido en sus pensamientos? —debes parar.

—Pero... —los labios de la chica se detuvieron cuando la rubia poso su mano en ellos.

—Agradezco infinitamente tus intenciones de ayudarme, pero no hay otra solución —la castaña se mordió el interior de la mejilla al escuchar de nuevo esa frase.

—Afuera.

—¿Qué? —Misaki retiro su mano, demostrando su confusión en el proceso.

—Si en algún momento deseas huir estaré afuera esperándote —la rubia suspiro.

—No necesitas...

—¡Quiero hacerlo!

Misaki se exalto ante el repentino arrebato de la castaña.

—Yo... no me parece justo que la persona que amo este con alguien que no ama —la castaña suspiro hondo —así que seré insistente hasta el final.

—¿Te alejaras si no acepto tu escape? —Mikoto negó.

—No, sin importar tu respuesta no me alejare. Me quedare, por ti y para ti.

Misaki negó con insistencia, en momentos como estos recordaba porque razón se había enamorado de la electromaster. 

—¿Misaka? —Hokaze llamo desde el otro lado de la puerta robando la atención de ambas chicas —lamento interrumpir, pero el tiempo se acaba. Debemos terminar con los detalles de la novia.

Mikoto suspiro. Había olvidado que entro a la habitación de Shokuhou, sin ninguna delicadeza, pidiéndole a la camarilla de la rubia un poco de tiempo para hablar antes de la boda.

—Mikoto... —la castaña dirigió su mirada hacia la rubia chocando con sus labios en el camino.

Misaki tomo con delicadeza las mejillas de la castaña, provocando en Mikoto algunos sentimientos encontrados. Los besos de la rubia por lo general eran dulces, debido a todas las golosinas que solía comer, pero esta vez, su beso era algo agridulce. Tomando a la castaña con la guardia baja.

Después de aquel beso, la próxima vez que Mikoto volvió a ver a la rubia fue cuando salió de la ceremonia tomando la mano de su ahora esposo. Ella lo sabía, ese beso no era un capricho más, había sido una especie de despedida. Una forma de decirle que aunque la amaba, no había otra solución. 

Octubre 08, 2022