En edición ( la historia tendrán algunos cambios pero tendrá la misma trama )
Jimena es una chica de 18 años, sencilla, divertida, un poco directa y de bonito sentimientos, es la clase de chica que no necesita de un hombre para ser feliz piensa que...
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Un pitico constante y muy molesto interrumpe mi sueño. Un zumbido bajo causa querer abrir mis párpados, pero es imposible, me pesan; soy consciente del fuerte dolor de cabeza y dolores punzantes en mi cuerpo.
Mi garganta duele como el demonio y siento mi masa muscular dolor, joder si que duele. Mis ojos se entreabren y son golpeados por una fuerte luz. Vuelvo a cerrarlo y parpadeo hasta acostumbrarme a la luz.
Al abrirlo visualizo un techo Blanco, por el rabillo del ojo soy capaz de ver los aparatos del hospital, bajo la vista y veo como una pequeña manguera está conectado en las venas de mi mano izquierdo
La confusión me llega de pronto, que carajo hago aquí? Que paso?
Intento levantarme pero el fuerte mareo y dolor de cabeza provoca que vuelva a caer, Gimo de dolor.
Siento como alguien se remueve al lado mío e inmediatamente mi vista se dirige ahí encontrándome con un Emilio muy diferente a como suelo verle, tiene unas grandes ojeras de bajo de sus hermosos ojos, su pelo esta desaliñado luciendo como si se ha pasado la mano en el constantemente, su piel está un poco pálida, dirijo mi vista a donde se encuentra sus manos envolviendo la mía e incondicionalmente dejo salir una pequeña risa
— Jimena? — habla Emilio — Jesús! Ha despertado — dice apretando un poco más mis manos para luego levantarse y plantarme un beso en mi frente
— q-que hago aquí? — preguntó y puedo sentir como mi garganta se siente raposa y mi voz sale ronca — agua por favor — pido y Emilio inmediatamente se para en busca de mi agua
Al llegar a mi con el vaso en mano me la extiende y con un poco de dificultad lo tomo; luego de tomarme todo el líquido con un poco de ayuda de Emilio me siento
— que paso? — logró preguntar
— no recuerdas nada? — pregunta, los recuerdos me golpean de pronto
Yo tratando de abrir una puerta y luego sintiendo algo bueno, alguien detrás de mi
Dulce sueños jimenita
Fuerzo a mi cabeza de reconocer esa voz logrando nada, miro a Emilio que se encuentra mirándome fijamente y bajo mi vista para después decir
— tú me escribiste que subiera ahi
— de que hablas? — pregunta Emilio
— fui a ese cuarto porque un mensaje de tu número me llegó diciéndome que te encontrara ahi
— no puede ser posible, solo fue al ba — veo como de repente calla y se agarra el pelo en un acto de frustración
— que pasa?
— cuando estuve en el baño por un pequeño momento lo olvidé, pero regresé por el