-¡Me gusta tu hermana!-grité desesperada por la presión que sentí.
Al ver que Hoseok me miraba como si tuviera un tercer ojo, y Jiwoo se desmayaba, supe que lo había arruinado.
Le dije al chico que me gusta que estaba enamorada de su hermana.
¡Esto...
Esta historia es un FanFiction basado en Bangtan. Esta obra es solo para fines de entretenimiento de parte de una fan para otr@s.
Contiene mucho cliché, demasiado, ya que la publiqué a los catorce años y la vuelvo a resubir con correcciones.
Lu.
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Cuando era pequeña, solía ser muy callada. Los niños me molestaban, las niñas se burlaban y actuaban como si yo no existiera. Mi vida en primaria fue un completo infierno, hasta que llegaron los hermanos Jung.
Aquel primer día de clases es algo que nunca olvidaré, porque fue cuando me enamoré por primera vez. Jung Hoseok era imposible desde el principio. Cada vez que intentaba acercarme al niño bonito y divertido con quien todos querían hablar, mis estúpidas dudas lo impedían. Sentía un nudo en el estómago y mis manos comenzaban a sudar solo de pensarlo.
Con el tiempo, su hermana se hizo mi amiga. Decía que no le gustaban las demás compañeras del salón porque solo se acercaban para estar más cerca de su hermano. Los años pasaron y nuestra vida de adolescentes libres está acabando poco a poco. Sigo queriendo a Hoseok, mi mejor amiga sabe que me gusta su hermano, y ni siquiera tuve el valor de cruzar más de dos palabras con él.
¿Saben? Nunca se fijen en el hermano de su mejor amiga. Esto es lo que pasa cuando eso sucede, aunque Jiwon y yo no éramos amigas cuando Hoseok me empezó a gustar.
—Ay, vamos Tn—sacudió mi brazo—. ¡Deja esa actitud pesimista! ¡Vive la vida al máximo!. Empieza por decirle a mi tonto hermano que te gusta.
Reí, tratando de esconder mi nerviosismo.
—¿Estás loca?—susurré—. Eso jamás pasará.
Me aparté de ella con el corazón latiendo muy fuerte.
—Tu hermano tiene novia.
—Hoseok terminó con Sogil ayer en la noche, después de la cena—dijo—No sabes lo entretenido que fue ver esa situación.
—No me parece gracioso, tal vez está sufriendo.
—¿Sufrir?—negó, señalando al frente—. Míralo, está más alegre que yo cuando veo ofertas de zapatos en una tienda.
El pelirrojo venía hacia nosotras soltando carcajadas por algo que sus amigos decían. Estaban tan absortos en su propio mundo que ignoraban las miradas que recibían.
