Besos Con Nicotina © | South Park. [Kenny McCormick]

Frágil Caos. [1]

______.

Nueve letras,

Dos palabras,

Un supuesto "caos",

South Park.

Para algunos amigos de mi hermano, South Park era un pequeño pueblo de Colorado donde sucedían cosas raras. Los vecinos parecían vivir en una especie de burbuja, ignorando las extrañas situaciones que pasaban a su alrededor, aunque en realidad el lugar estaba lleno de eventos insólitos.

En Maps, todo se veía normal y ordinario.

Observaba los árboles pasar mientras la nieve se acumulaba a lo largo de la carretera. Las ventanas del auto se empañaban debido a la calefacción interna y al frío exterior. Detrás de nosotros, dos camiones de mudanza transportaban nuestras pertenencias hacia la nueva casa.

Desde que mi padre anunció que nos mudaríamos, busqué un skatepark en el pueblo desde mi celular, pero solo encontré uno que, sinceramente, parecía estar en pésimas condiciones, como si nadie lo utilizara. Sin embargo, no me importaba; prefería patinar sola. Además, a estas alturas, probablemente esté más concurrido; las fotos en Maps siempre están desactualizadas.

[...]

—Baja tus cosas del auto, date prisa o la nieve empeorará —escuché decir a Nolan, su tono impaciente cortando el aire.

—¿Para qué? Ya están los de mudanzas, para eso les pagamos —me encogí de hombros y me dirigí hacia la parte trasera del auto.

—¿Perdón? —se detuvo en seco y me miró con dureza. —Yo les pago, recuerda que tú no has puesto ni un centavo en esto.

—Saldré un momento —respondí, sacando mi patineta del baúl y cerrando la puerta con un golpe seco.

—No, te quedas aquí y ordenas hasta que llegue papá.

—Gracias, eres el mejor —dije con sarcasmo, subiendo el volumen de la música en mis audífonos. Dejé caer mi patineta y me alejé.

A lo lejos, aún podía escuchar sus gritos, incluso con la música retumbando en mis audífonos. Dios... ¿qué estará usando para gritar, un megáfono? ¿O simplemente tiene esa voz aguda e instintiva de madre que atraviesa cualquier cosa?

Aceleré el andar, aunque sabía que no podría alcanzarme de todas maneras. Cuando dejé atrás unas cuantas casas, bajé la velocidad; ya no tenía sentido seguir un ritmo tan apresurado.