Capítulo 10

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Cerré la puerta tras de mi con una sonrisa en el rostro.

Sucrette había sacado la música y se encontraba de piernas cruzadas encima de mi cama.

Ella levantó la mirada de su libro y enarcó una ceja.

-Luces feliz ¿Le dijiste lo de Lyssandro?

El aire se tensó.

Mi sonrisa se desvaneció.

-Ummm... ¿No? -Sus ojos me miraron con desaprobación- Pero es que lucía muy confundido.

Suspiré.

-Deberías haberlo hecho.

-Debería.

Podía notar que pensaba en algo más y que su mente volaba en algún punto del espacio.

Hizo una mueca.

-Así que... Cuéntame... ¿Qué le has dicho para que te ande besando así?

Me sentí sonrojar un poco.

-¿Y eso qué te importa, maldita tabla?

Ella soltó una risita.

-Por cierto, el rojo no te queda. La verdad es que nada te queda. Si quieres hacerle un favor a la humanidad sería mejor  que te raparas la cabeza- le dije.

Ella hizo una mueca y me tiró una almohada en la cara.

Había que decir que ella me había tirado cosas peores.

-Solo estas celoso porque lo luzco mejor que tú.

-Mugre de Sucrette, vete de mi casa.

Le restregué la almohada por la cara.

Ella me sacó la lengua como una niña de 5 años.

La verdad es que los gastos que ella hacía ya no eran tan importantes.

En ese entonces trabajaba en una cafetería de camarero y me pagaban bastante bien.

Además, ella sabía cocinar (aunque si lo dijera en voz alta, seguramente ella lo hubiera catalogado de machista).

Nos quedamos en silencio.

La mente de Sucrette divagaba en algún punto de la habitación.

-Castiel, hay algo que debo decirte. Hay una razón por la cual he estado encerrada en tu casa.

-Ilumíname.

Me senté en la silla de mi escritorio, que en ese momento se hallaba lleno de partituras.

Se mordió el labio.

-Ul…últimamente ELLA ha estado rondando cerca del departamento de mi tía.

-Por ella te refieres a…

-Sí. El otro día, después de que tu amablemente rechazaras a Lys –Solté un “cállate” pero ella me fulminó con la mirada- Mi tía la dejó entrar, pensando de que ella era mi mejor amiga o algo, y la hizo entrar a mi habitación… Y empezó a amenazarme... Sigue creyendo que todo eso que "le hice" fue porque me gustas o algo parecido...

-Es que ella sabe que nadie puede resistirse a mí, duh. Ella es la prueba viviente.

-Esto es en serio.

Suspiré.

-¿Cuando esa zorrita va a entender que no volveré con ella?

-Ni idea. Esta loca.

Que ella dijera que otra persona estaba loca era algo serio.

Me compadecí de ella, no tenía por qué pasar por eso, y por mi culpa.

To you [ CastielxNathaniel ] CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora