— La Universidad El Renacer.— Volteo para ver a Joseph admirando el edificio. Hay algo en su mirada que me causa curiosidad, al igual que este lugar. Es como la universidad de Oxford en cuánto a tonos, y se parece a Hogwarts en cuanto a tamaño. Desde afuera el lugar deja que tu imaginación aflore, las Torres están llenas de enredaderas subiendo y cubriendo el lugar, los tonos son todos oscuros, manteniendo la misma gama de colores. El día esta nublado y húmedo, lo que hace ver el lugar más mágico y atractivo desde fuera. Me agrada el clima, me hace sentir más como en mi hogar.
Nos mudamos a Estados Unidos luego del funeral de Josette, no iba a extrañar mucho mi vida en Europa, después de todo ni siquiera tenía algo que extrañar además de los paisajes.
Literalmente íbamos a hacer nuestras vidas de nuevo, pero más que eso, pensaba que estaba escapando de algo, aunque no tenía razón para hacerlo.
Joseph, mi padre, deja mis maletas en el suelo, y se dirige hacia mi para colocar ambas manos en mis mejillas acunando mi rostro. Su repentino cariño debería agradarme. Sentir una muestra de afecto de tu padre después de casi toda tú vida debería ser bonito, pero la verdad solo hace que sea aún más ¿desconfiada...?. El lugar era demasiado hermoso, me daba mala espina, era perfecto para una trampa.— Recuerda porque te traje.
— Para poder descansar, concentrarme en lo académico, y para que ambos nos demos un tiempo por separado... ver a donde nos dirigimos ahora, casa nueva, nueva vida. Empezar de cero.
— Exacto, ahora toma tus cosas y entremos.— Así como dijo mi padre, tome mis maletas, y con un ceño fruncido así como siempre, entre a... este lugar. No tengo ni la menor idea de como mi padre conoce esta universidad, y por un lado me gustaría saber, pero mejor prefiero ahorrarme los detalles. Además ya me hice una idea, cuando papá me dijo a donde me iba a quedar comencé a investigar un poco sobre el establecimiento, según sé esta es una de las universidades más privilegiadas de todo el continente, lo extraño es que jamás escuche de ella.
No es mucha ciencia, mis padres siempre me dieron todo lo que quería, económicamente. Las personas creen que porque tengo dinero mi vida esta solucionada, ya que tengo todo en bandeja de plata... pero hay algo que el dinero ni nada puede comprar, el amor y la felicidad. Muy cliché probablemente, pero esta vez es más literal. Daría cualquier cosa para saber que es sentir... que es enamorarse, que es el dolor, que es... vivir básicamente. Había leído en varios libros lo que eran las emociones pero simplemente... no lograba comprenderlas. En mi familia jamás había escuchado las palabras que aparecen en los libros, los personajes eran muy... emotivos y usualmente decían frases que no conocía pero me daba curiosidad saberlas.
Mientras mi padre habla con una señorita, que supongo que es la recepcionista. Me dedico a observar el lugar por dentro.
Parece un lugar de hace miles de años, pero cada vez se le van dando retoques más modernos, combinado con la belleza de las estructuras antiguas. El lugar es frío, pues estamos ya entrando en otoño y de lo que está construido este lugar no ayuda a guardar el calor.
— Rhea.— Me volteo para ver a mi padre haciéndome señas. Me dirijo hacia el con paso lento.— Estas son las llaves de tú habitación, la recepcionista fue a buscar una "lista" para inscribirte, mientras ve a conocer a tu compañera de habitación. Tranquila que solo será hasta que vean en donde colocarte.
— No importa, yo... me vendría bien hacer amigos.— Levanto las comisuras de mis labios tratando de formar una sonrisa. Me dirijo a donde sea que haya una puerta con el número "342", que irónico es la fecha en la que nací.
Mientras camino por unos pasillos llenos de casilleros, siento que la gente me observa demasiado y comienzan a murmurar cosas entre sí. De la nada siento una presencia acercarse a mi. Pero por otro lado alguien choca mi hombro por delante.
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Lost souls
Teen FictionSi... hubo una vez una historia, una historia que decía que nacerían siete chicos con dones extravagantes, pero que morirían bajo la daga de las almas perdidas. Pero nadie se interesó en la secuela de esa historia, que contaba sobre una octava perso...