tenia apenas 18 años cuando empece a trabajar en este bar.... apenas sabia lo que era vivir fuera de el orfanato aun así acepte el trabajo en ese bar... me dije mil veces *es solo un bar, no puede ser tan difícil*, no estoy tan seguro de eso ultimo...
desde mi "independencia" ya van casi dos semanas, dos semanas que e sobrevivido a puras sobras y restos que dejaban en la basura... era un asco de vida pero no sabia que mas hacer para comer.
nunca me enseñaron a trabajar o cocinar ni siquiera me dieron la suficiente educación como para pedir un trabajo, apenas si sabia como contar hasta cien sin trabarme en el proceso y aun así estaba orgulloso de haber sobrevivido tanto tiempo, de igual forma me estaba cansando de esta vida... de dormir en bancas a la intemperie, de comer sobras, de los maltratos de las personas que me miraban pasar y ni si quiera eran capaces de ofrecer su ayuda... cada vez perdía mas la fe en la humanidad.
empezó a caer la noche, por alguna razón me había quedado cerca de un club que al parecer era bastante alegre ya que luces de varios colores alumbraban las calles, música que se podría decir tenia un ritmo pegajoso y sobre todo lo felices que entraban y salían las personas. Me acerque ya que la curiosidad me gano, para mi sorpresa los únicos que entraban a dicho establecimiento eran solo hombres... hombres que se miraban bastante cariñosos entre ellos, no sabia como era la ciudad pero el mayor cariño que había tenido de parte de un hombre fue el de el psicólogo que me atendía y eso que solo eran pequeñas caricias en mi cabello
sin darme cuenta estaba tocando las partes de mi grasoso y descuidado cabello que el solía tocar antes, lagrimas comenzaron a salir
- ya a pasado bastante tiempo... me pregunto si el todavía me recuerda...
el corazón se me hizo una pelota y dolía
llore todo el resto de la noche hasta que me caí dormido en aquel arbusto.
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A la mañana siguiente el sol alumbraba directamente a mi rostro, eran aproximadamente las 7 de las mañanas ya que generalmente a esa hora solía despertarme, los señores trajeados comenzaban a pasear con sus teléfonos y sus maletines de colores elegantes... hombres de negocios no?
comencé a levantarme para dirigirme a un espacio mas oscuro ya que no quería tener problemas con la policía por haber dormido en un espacio publico; voltee una vez mas a dicho establecimiento que a diferencia de anoche ahora estaba cerrado, sin luces ni música muerto se podría decir, supuse que solo habrían en las noches hasta que vi como una persona salia de dicho establecimiento para barrer los vasos de plástico, latas, botellas y basura que quedo de la noche anterior, por alguna razón decidí acercarme más en secreto como si acercarme fuera prohibido, como soy "un gran maestro de el sigilo" tropecé con mi propio pie cayendo de cara en los pies de aquel muchacho que barría la calle, el chico preocupado solo dejo la escoba de lado y se agacho para recogerme olvidando completamente por mi aspecto y olor, solo me recogió y busco cualquier indicio de sangre
