[20 de Febrero 16:30]
Sople mis velas de cumpleaños... oficialmente había llegado a la época de oro en todo adolescente por fin cumplí 17 una bendición o una maldición? lamentablemente si no tienes padres y vives en un orfanato no tienes muchas esperanzas ya que nadie quiere a los adolescentes, prefieren niños que puedan moldear a su gusto y gana... lo que con un adolescente era prácticamente imposible.
Siempre tuve la baga idea de dejar este podrido lugar... nos hacían sus esclavos, como si fuéramos simples maquinas que solo debían ser aceitadas de vez en cuando, era un asco pero era mi hogar... bueno... si a eso se le podía llamar hogar.
Las cosas empeoraban a cada instante y para colmo... EL apareció
Un hombre que media aproximadamente los 1.80, tenia barba y tonificado aunque su cuerpo era delgado, su camisa de tela blanca lo suficientemente transparente para ver sus tatuajes en los brazos y un pantalón de mezclilla negro ajustado, acompañado de eso tenia una chaqueta de cuero café claro que le hacia lucir elegante junto a sus zapatos negros de cuero brillantes por el lustrado
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De todos los psiquiatras que alguna vez han pisado este establecimiento era el mas guapo que alguna vez halla visto... mi cuerpo se sentía raro... era como si el tuviera un imán que me estuviera a trayendo hacia el, por fantasear casi acabo chocándome con el en el pasillo mientras le daban un tour por las instalaciones, para mi "suerte" solo caí en seco al piso.
- Mierda!... <exclame para mi>
Ahí estaba yo... un niño tirado en el piso delante de los pies de su primer amor, levante la vista y lo vi... su expresión estaba sorprendida ya que aun no razonaba lo que había pasado, sonrió y se gacho, me tomo de los brazos y me ayudo a pararme.
- ???: Estas bien? <me pregunto con un tono preocupado aunque se podía notar un poco de diversión en su tono> le di risa... quizás solo por eso no acabe llorando de la vergüenza
Tenia una voz perfecta, era ronca pero no muy profunda... era como un calmante, tenia carisma... era lo que muchas personas llaman "el indicado", si no fuera por el dolor ya estuviera babeando, respire y trate de organizar mis palabras antes de confundirme y arruinar la primera impresión... aunque creo que ya la había arruinado.
- e-eh s-si estoy bien... disculpe por las molestias señor?...
Antes de que pudiera decirme su nombre la monja interrumpió con un tono apenado y a la vez enojado
El es el doctor Markus Jonhson, sera el nuevo psiquiatra y estábamos mostrándole el lugar antes de que lo "alegraras" con tu tropiezo... <dijo "alegraras" subiendo el tono para dejar en claro que era sarcasmo>
El rió y yo me sonroje, me revolvió el cabello y me extendió la mano para hacerlo mas formal, temblé ya que no supe que hacer, me abofeteé mentalmente y extendí la mano correspondiendo el saludo, le di una sonrisa tímida en respuesta
- Markus: encantado, espero poder conocernos mejor niño! <me dijo con un tono suave y dulce>, me estremecí y no hice nada... solo sonreí y me di media vuelta y camine a mi habitación no sin decirme constantemente "idiota" una y otra vez por no hacer nada.
- aaagh... me odio tanto!
Desde ese entonces el orfanato dejo de ser una tortura... me pasaba los días y las noches en su clínica. fingía un problema absurdo para verlo como "quiero matarme" a "por que el cielo es azul", el solo reía y me escuchaba... EL me escuchaba y sin querer, me enamore... maldita sea, me enamore
Poco a poco fueron pasando los días, los meses y los años... y ahí estaba en mi cumpleaños numero 18 o como dicen algunos... tu boleto de ida
Cumplí la edad limite para estar en un orfanato, no tenia un diploma ni mucho menos experiencia laboral... y aun así las monjas sin si quiera esperar un día o dos... ya tenían mi maleta en la portón negro de aquel frio orfanato... debía irme y lo sabia lo había planeado por meses pero... por que este sentimiento de ¿falta? ¿angustia? ¿tristeza? algo me faltaba y no sabia lo que era... no fue hasta que vi a todos los dulces niños que aun esperaban ser rescatados parados en arco frente a mi y a EL... Markus, tenia la cara apagada. no podía ni mirarme, por un momento nuestros ojos hicieron contacto fue fugaz pero fue lo suficiente para despedirnos un "ya te extraño" era lo que se macaba en nuestras miradas.
El portón se cerro y desde ese día jamas lo volví a ver
Ah!, por cierto... mi nombre es Darwin y este... es mi infierno
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Relatos de un bar gay
Dla nastolatkówtenia apenas 18 años cuando empece a trabajar en este bar.... apenas sabia lo que era vivir fuera de el orfanato aun así acepte el trabajo en ese bar... me dije mil veces *es solo un bar, no puede ser tan difícil*, no estoy tan seguro de eso ultimo...