Capitulo 2

150 7 2
                                        

Abrí la puerta suavemente y entré al mismo infierno. Habían muchos títulos colgados en la pared, me hace gracia que ellos mismos se llamen expertos en cuanto no te comprenden y nunca lo han echo, ¿como pueden juzgar algo que nunca han echo o han vivido?

Psicóloga: Oh Ana! ¿Como estas? Sientate por favor.

Me siento en la tumbona mirándola fijamente.

Psicóloga: Ana, necesito que me expliques porque has intentado suicidarte.

Yo: Me gusta ver la sangre recorrer mi cuerpo, me libera.

Psicóloga: Hablame de la relación con tus padres.

Yo: Mi madre finge preocuparse por mi pero sigue siendo una patética, su corazón es como una de esas esculturas de hielo orteras que hay en las fiestas, ¿de verdad quieres saber la respuesta?

Psicóloga: Por favor.

Yo: Es mi madre la que esta loca no yo.

De repente mi mente se translada al momento en el que intente suicidarme, la forma en la que la sangre salpicaba el suelo, cierro los ojos y recuerdo cada trazo...

Psicóloga: ¿Quieres morir Ana?

Yo: ¿No morimos todos al final? Es una liberación.

Psicóloga: Hay otras maneras de ser libre.

Yo: No, si no te lo permiten, entonces, que te queda?

Dos bicicletas un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora