—Llegamos a casa! -gritamos los dos al mismo tiempo- –Oh que bien! -dijo mi madre- –Hemos horneado un pastel! —Que bien! Verdad Mi sook? Si! -dije con voz baja-
Ese día fue maravilloso, los cumpleaños siempre son mis momentos favoritos...no solo por la comida y el pastel, si no que es un día en el que sabemos que las personas que amamos están aún con nosotros.
-mamá te hize una carta y un pequeño regalo... espero te guste. –claro que me encantará -dijo ella con emoción-
Cuando la luna despertó ya estábamos listos para ir a la cama y en ese momento Tae me dice repentinamente -¿Creés que tengo talento de canto? –claro que si!
-Y empieza un momento silencioso-
Apago la luz y cuando ya está todo oscuro Tae grita –Entonces daré lo mejor de mi... Claro que si! -le dije-
Recuerdo una vez que Tae sintió mucha presión por las calificaciones y estaba muy estresado, ya había terminado los exámenes y aún así seguía estresado...traía un mal humor y cuando anda en ese humor nadie lo soporta solo yo...sabia que solo tenía que ser comprensiva con él, y dejarlo que piense y el mismo sabrá que hacer, aún así le decía que todo iba a estar bien.
El es un chico inteligente pero se preocupa demasiado; creo que por cierta parte está bien por qué así pone todo su empeño a lo que desea triunfar, eso es lo que amo de el pero no debe excederse.
Hacemos kimbap? -dice Tae- -si!
Cuando hacemos kimbap tae se cree el mejor cocinero del mundo, me encantan esos momentos entre los dos...que despeja su mente; pero cuando canta es mejor que nada para relajarse y olvidar las cosas...por eso ama cantar, lo amo con todo el corazón.
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