Capitulo 2

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Un banquete especial 

En mi habitación a minutos de que empiece este banquete, los nervios me invaden demasiado y siento que los latidos de mi corazón los puedo escuchar en mis oídos, no me invade nada mas, mas que el simple pensamiento de "voy a ver a mi hijo, voy a ver a mi hijo", con los ojos llorosos y las manos temblorosas, me dificultan un poco el alistarme. Una falta a la rodilla, una blusa blanca y un saco, "estoy lista" pienso al limpiarme las ultimas lagrimas que se me salieron.

Entrando a la oficina de Mileya, la cual esta mirando unos papeles con mucha atención, los deja de ver para dirigirme una mirada.

- Dane ¿preparada, nerviosa?- me pregunta.

- Para serte sincera, si estoy muy nerviosa- le respondo.

- Tus padres vendrán a verme a mi oficina, hablare con ellos un momento a solas y tu podrás cuidar del niño y platicar un momento a solas con él, recuerda que aun no le puedes decir nada, para todo el mundo eres mi hermana, mi asistente y mi mano derecha, así que mantén la compostura- dice recordándome el principio de nuestro plan.

- Si, no te preocupes, he practicado demasiado, lograre mantener la calma- le respondo.

Se empiezan a escuchar murmullo en la parte de abajo de la casa, significa que el banquete a comenzado, bajamos las dos para darle la bienvenida a nuestros invitados. En cuanto veo que mis padres pasan por la puerta con mi hijo, vuelvo a sentir unas inmensas ganas de llorar, creo que mantener la compostura va a ser un poco mas complicado de lo que creí.

Mi madre trae a mi hijo de la mano, el cual lleva un traje que le queda tan lindo, es la primera vez que lo veo, pero estoy segura de que es mi hijo.

- Señor y Señora Trasde, es un gusto volver a verlos después de mucho tiempo, sean bienvenidos  y sobre todo espero que me permitan hablar un momento con ustedes- les dice Mileya a mis padres.

- Mileya de casualidad ¿supiste algo sobre nuestra hija Edan? - pregunto mi madre con apuro y un leve tono de preocupación, pero como si cuidara que nadie la escuchara a la vez, en especial mi hijo.

-¿Quién quiere saber algo de ella? Basta con la deshonra que nos vino a dejar y con los problemas que seguimos teniendo por su culpa- responde mi padre con mucho enojo.

- Esposo mío, por favor, a pesar de todo ello sigue siendo nuestra hija, la madre de tu nieto y sobre todo mi hija, además el niño también ocupa de una madre, sobre todo porque los jueces..- la mirada de mi padre, hace que mi madre guarde silencio, sin permitirnos saber mas sobre la situación.

- No se preocupen, si necesito hablar con ustedes un poco respecto a este tema, por favor acompáñenme a mi oficina- dice Mileya, con la intención de dejar este ambiente incomodo.

Yo solo soy espectadora de la situación y en el transcurso camino a la oficina, miro a mi hijo con atención, me conmueve saber que esta bien de salud, que es un chico educado, pero me entristece que sea de pocas palabras y que no quiera jugar o protestar como los demás niños en estos eventos, sino que parece que a madurado para su edad. En la oficina de Mileya mis padres y mi hijo toman asiento y yo me quedo de pie aun lado de ella.

- Primero que nada Señores Trade, creo que es muy conveniente que el niño salga de esta sala, debido a lo que quiero hablar con ustedes a continuación, si les parece bien mi asistente puede cuidar del niño, tenemos una pequeña sala de juegos por esta clase de eventos, ahí pueden estar ellos dos- sugiere Mileya a mis padres, pero se nota que mis padres no están del todo de acuerdo.

- No nos gusta que se separe de nosotros ¿Es realmente necesario?- sugiere mi madre.

-Si, así que por favor permítanlo - la seriedad de la cara de mi mejor amiga, no les da más opción a mis padres que aceptar su propuesta.

Mi hijo nerviosamente se acerca hasta mí, yo extiendo mi mano y le regalo una sonrisa, el toma mas confianza y toma mi mano, ambos salimos de aquella sala juntos. En el camino no puedo evitar hacerle preguntas, las cuales responde con una voz clara y fuerte para un niño de 10 años.

- ¿Cómo te llamas, niño?- le pregunte.

- No soy un niño, señorita y la verdad mi nombre es algo complicado, así que no me gusta decirlo, solo llámeme Tony- me responde.

- Esta bien, por el momento solo te diré Tony, pero cuando tengas mas confianza quiero que me lo digas, ¿de acuerdo? - le pregunto con una sonrisa a lo que el me sonríe y solo asiente un poco apenado- Tony ¿me puedes hablar de tú mamá un poco? ¿por qué ella no te acompaño ha este lugar?

- Siéndole sincero, no se donde esta mi mamá, mi abuela dice que me parezco a mi mamá en cierto modo al hablar, pero nunca he visto a mi mamá - me dice Tony regalándome una mirada triste- la verdad señorita, es que a veces pienso que ella no me quiere, nunca me viene a ver, mi abuelo me dice que no la necesito, pero mi abuela me dice todo lo contrario y me confunden.

- Ya veo, gracias por contarme estas cosas, pero yo pienso que tu mamá te quiere mucho, tal vez algo pudo haber pasado y por eso se tuvo que alegarse, pero puede que tu madre te haya dejo algo en lo cual deposito su cariño y amor hacia ti- le respondo, mi hijo se queda pensando por un momento y después sonríe un poco.

- Puede que usted tenga razón, mi madre me puso mi nombre y aunque creo que es algo complicado para los demás, lo hizo especial solamente para mi- me responde sonrientemente.

Veo a la distancia salir a mis padres de la oficina de Mileya, mi madre parece secarse unas cuantas lagrimas y mi padre pareciera que quiere llorar, ambos llaman a mi hijo a lo cual él me mira a mi y yo solo le hago una seña de silencio, la cual el me responde y lo que hablamos esta noche, ahora se vuelve un secreto solo para nosotros dos. 



El tormento de EdanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora