Epílogo

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Había pasado ya años desde que George había muerto, sus cuatro hijos decidieron poner su tumba al lado de la de su esposa, LeFleur QEPD, y le comenzaron a tirar flores a montones junto a los hijos, y sus nietos, quienes ya habían nacido, se encontraban jugando sobre las tumbas. Sin duda, la muerte puede parecer lo más terrible, pero la vida puede serlo aún más si no se está preparado. El dolor que la vida entrega, y aquellos momentos felices en los que uno se refugia para no admitir que la vida es un lugar desolador, dónde todos los humanos se consuelan por tener que sufrirla. Como si un torturador serial estuviese al acechó, merodeando por ahí y torturando gente, todas sus víctimas se consuelan por haberlo padecido.

Los Bisnietos de George y LeFleur estuvieron ya en su primer contacto con la muerte, en el cementerio mientras jugaban, y sus padres les reñía.

—Niños, tengan más respeto —Dijo Santiago —. ellos fueron sus familiares, y nos hicieron llegar de la pobreza hasta lo más alto.

Los niños se disculparon, en un tono pobre, mientras seguían velando a sus fallecidos. Los abuelos de esos niños, y los padres ya estaban planeando el repartirse las empresas y adquisiciones, las cuales habían pasado de generación en generación.

Una familia muy unida, una familia que seguiría por generaciones y generaciones, esforzándose y combatiendo su condición de mortales, esforzándose a montones para lograr sus objetivos.

Todo regresa a la nada.

Obra escrita por © J Wolf Iylnihip

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(Relato) El amor de mi vida © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora